Cuatro concejos que necesitan una renovación total
Dicen los expertos, que una encuesta de opinión se puede comparar a una foto que expone una situación en un momento en el tiempo, de manera tal que se pueda hacer una interpretación de la realidad.
Pues bien, la más reciente encuesta del Programa Bucaramanga Metropolitana Cómo Vamos, ilustra en este caso con precisión casi matemática, la pésima imagen que tienen ante la ciudadanía los concejos de los cuatro municipios del área, Bucaramanga, Floridablanca, Piedecuesta y Girón.
Una pésima imagen que no sobra decirlo, se han ganado a pulso prácticamente todos sus integrantes en cuatro años de supuesta gestión.
Sí, aunque la verdad no es solo en este cuatrienio, sino lamentablemente en varios más, en los que la irresponsabilidad generalizada, la apatía por los temas más apremiantes de la ciudad y hasta la holgazanería a la hora de trabajar, se han combinado meticulosamente con el afán de lucro de no pocos concejales, las irregularidades manifiestas en cuanto a cuotas burocráticas y el afán por obtener prebendas y ejercer una politiquería barata, ejercicio que al final ha traído sus consecuencias.
Ese es, en un solo párrafo, el balance de estos concejos, lugares donde se han aprobado los abusos y las arbitrariedades más evidentes en contra de la ciudadanía, que en teoría los elige para defender sus intereses. Temas como la aprobación de las obras por valorización o las fotomultas para el caso de Floridablanca, son apenas algunos de los ejemplos de lo que se ha cocinado en los concejos contra los santandereanos.
Pero eso no es todo.
Al largo listado de desavenencias e insensateces hay que sumarle un ítem igual y hasta más peligroso que los anteriores, como lo es la incapacidad expresa e intencional para cumplir con uno de sus deberes más básicos, como lo es realizarles controles políticos a los alcaldes de turno.
Es así como ante los ojos indignados de la ciudadanía pero complacientes de los concejales, las administraciones municipales han protagonizado los escándalos en materia de contratación pública más sonados de los últimos tiempos, así como los ataques más devastadores contra la transparencia y la ética en el manejo de los recursos públicos, sin que se haya oído la más tímida queja o la más leve crítica o comentario por parte de los concejos.
En resumidas cuentas, estas instituciones son fundamentales para el buen funcionamiento de cualquier urbe y dado el deplorable desempeño que han esgrimido reiteradamente, requieren con urgencia ser renovadas casi que en su totalidad en las próximas elecciones. Los ciudadanos tienen la palabra.