No a unos diálogos sin voluntad real de paz
Ha sido muy largo el camino recorrido por el gobierno del presidente Juan Manuel Santos para lograr la eventual firma de los acuerdos de paz con las Farc. Dentro de este proceso, tal vez la mayor incógnita de los colombianos ha sido la real voluntad de paz de esta guerrilla, pues a medida que se ha avanzado en la agenda, las declaraciones de los negociadores de las Farc muchas veces van en contra de lo que se esperaría de un grupo que realmente quiere la reconciliación.
El costo de esta incoherencia ha sido la baja aceptación que hoy tienen los colombianos por el proceso de paz, reflejada en las últimas encuestas.
Ahora, tras el esfuerzo titánico que ha hecho el Gobierno por sacar adelante los diálogos con las Farc, se anuncia el co-mienzo de las negociaciones con el Eln. Y a este anuncio esa organización responde afirmando que no aceptará la exigencia del Gobierno Nacional de liberar a todos los secuestrados para sentarse a dialogar. “Es como si pidiéramos que liberaran a los presos del Eln”, dijo el líder de esa guerrilla, alias Gabino.
Las afirmaciones del líder guerrillero se dan después de que se confirmara que el Eln no liberó al exgobernador del Chocó Patrocinio Sánchez, después de casi tres años de secuestro, sino que lo canjeó por su hermano Odín, quien permanece en cautiverio. Así mismo, es público que la familia de Ramón Cabrales pagó una millonaria suma a esa guerrilla por su liberación. Todo en un entorno de ataques del grupo subversivo que han tenido lugar principalmente en Norte de Santander.
No sería coherente entonces iniciar unos diálogos con el Eln en estas condiciones. Sumarle al cansancio del proceso de paz con las Farc el comienzo de unos diálogos con el Eln donde esta guerrilla de entrada se niega a ceder en el peor de los delitos, como lo es el secuestro de civiles, solo llevará al rechazo de los ciudadanos a este proceso y a un desgaste aún mayor de la ya deteriorada imagen del Gobierno.
Sin duda la salida negociada al conflicto es la única alternativa viable de reconciliación en el país, pero como nación no podemos cometer en esta nueva etapa de acercamientos con el Eln los mismos errores que se vivieron con las Farc. Y el primero de ellos es precisamente la exigencia de verdaderos hechos de paz.