¿Y cuándo pagarán los verdaderos responsables?
La semana anterior, un informe de la Contraloría departamental, en cabeza de Diego Frank Ariza, determinó que en la ejecución del contrato de construcción de la represa de Vélez, llamada La Batanera, hay hallazgos fiscales por $9.394 millones. En otras palabras, que la totalidad de los recursos asignados a la construcción de la represa se perdieron. Este contrato fue adjudicado en el gobierno de Horacio Serpa y tenía como fin aliviar los graves problemas de agua que sufre el municipio de Vélez. Aunque Serpa entregó un contrato para ser ejecutado en cuatro meses, la obra tuvo retrasos por cuatro años y el valor inicial de $6.838 millones fue adicionado en $1.765 millones en el gobierno de Richard Aguilar. Finalmente, en diciembre del año 2015, cuando inició su llenado, la represa colapsó y 67 familias tuvieron que ser evacuadas, para evitar una tragedia.
Según la Contraloría, tanto el contratista como el supervisor deberán responder fiscalmente por el costo total de la represa. Pero además hay tres hallazgos disciplinarios contra Édgar Pedraza, Claudia Toledo y Enrique Bueno, tres exsecretarios de Infraestructura del departamento. Además se compulsarán copias a la Procuraduría, para que se investigue al exgerente de la Esant Edwing Ballesteros.
Esta es la historia de nunca acabar de la corrupción en Santander. Obras entregadas a contratistas sin idoneidad, pero que de seguro financiaron campañas políticas o apoyaron a un gobernante, que luego retribuye el apoyo en contratos.
Lo más triste es que casi siempre es inviable que estos contratistas retribuyan los dineros perdidos, por cuanto se declaran en imposibilidad absoluta de pagar. Y quienes deberían asumir la verdadera responsabilidad, los gobernantes que adjudicaron los contratos y aprobaron las adiciones, a pesar de las constantes denuncias ciudadanas de los problemas de las obras, como en este caso donde desde el principio se advirtieron los problemas de la represa sin que se prestara atención, siguen como si nada, ocupando luego cargos públicos incluso de mayor jerarquía, como el hoy senador Horacio Serpa, o aspirando a una dignidad nacional, como Richard Aguilar.
Estos gobernantes, que permitieron el despilfarro y la corrupción son quienes verdaderamente deberían asumir la responsabilidad de hechos tan infames como el robo descarado de recursos en la construcción de la represa de Vélez.