Los migrantes irregulares en Colombia
Colombia tiene un nuevo problema, que no estaba en nuestra agenda: los inmigrantes irregulares que llegan a nuestras fronteras camino de otros países, muchos de los cuales quedan atrapados en nuestro suelo por las políticas que respecto de ellos implementan cada vez más países, que han decidido aplicar duras medidas y restricciones a la migración. Impresiona que a lo largo de 2016, en promedio diario, casi 100 personas, nacionales de otros países, fueron deportadas por estar ilegalmente en Colombia.
Esa población de migrantes es de seres desheredados de la tierra que abandonan sus países de origen para buscar mejores condiciones de vida en naciones del primer mundo y para lograrlo, emprenden largas odiseas a través de 5, 7 o más países, transitando peligrosas rutas clandestinas, personas que se exponen a todo tipo de riesgos, que van desde el abuso y explotación sexual, la trata de personas, la explotación laboral, hasta el homicidio.
Las cifras oficiales sobre este fenómeno son inferiores a la dimensión del problema y, pese a ello, señalan que en 2016 en Antioquia se reportaron 18.439 casos de tráfico de migrantes y en Nariño 8.250. El país no tiene una estructura legislativa apta para enfrentar el asunto, ni suficientes funcionarios del Estado asignados al problema, ni condiciones de salubridad y humanitarias adecuadas, y entonces, desordenada, improvisada y precariamente, trata de hacerle frente a la crisis y ello es aprovechado por la telaraña de oscuras mafias que se han conformado para cometer todo tipo de abusos y atropellos con los migrantes ilegales.
Este éxodo de personas proviene de países tales como Haití, Congo, Nepal, India y Cuba, seres que se convierten en pasto de engorde de delincuentes y Colombia termina siendo víctima de un nuevo hecho externo que muta en doméstico, de difícil manejo, pues ya se han detectado casos de corrupción hasta en la Registraduría Nacional del Estado Civil como parte del tramado armado por los “coyotes”.
Las regiones más críticas en esta materia son Urabá, Norte de Santander, Nariño y Amazonas.
El problema puede crecer en 2017, y ante ello es prudente conocer qué políticas y medidas está adoptando el Gobierno para enfrentar tamaño dolor de cabeza, pues ya estamos incluidos en un mapa en el que no figurábamos: el de los migrantes irregulares.