Otra vez paga la ciudadanía
Ayer 23 de enero, empezó a regir la nueva medida de pico y placa para Bucaramanga. Aunque en principio la decisión de limitar solo a las horas pico la vigencia de la restricción es favorable para la ciudad, no pasa lo mismo con la desafortunada decisión de crear un pico y placa especial para el sector del Centro de Bucaramanga.
Limitar el tránsito de vehículos en esta zona según los días pares e impares genera una carga excesiva para los habitantes, comerciantes y trabajadores del sector.
Porque además esta decisión parte de la falsa premisa de que el caos en el Centro de la ciudad es consecuencia del volumen de vehículos que allí circulan, cuando la realidad muestra que la congestión constante se deriva de la falta de autoridad.
Llegar al centro de la ciudad es superar casi que una carrera de obstáculos. Los carros se parquean a lado y lado de las vías, los camiones se detienen a descargar mercancías en cualquier momento, los taxistas se toman carriles enteros a la espera de clientes y los mototaxistas ya establecieron sus terminales ilegales a lo largo de vías como la calle 36 o la calle 34.
Además, el creciente número de vendedores ambulantes que se toma los andenes, especialmente en las calles 33, 34 y 36, sin contar la invasión que se da en la 35, obstaculizan la movilidad, pues el peatón se ve obligado a transitar por las calles ante la imposibilidad de usar las aceras.
La nueva medida de la administración local restringe el uso del automóvil y las motos en tal medida, que habrá semanas en las que solo se pueda ingresar el centro de la ciudad una vez. Esto, sin duda generará un impacto en el comercio de un sector, ya de por sí deprimido ante la falta de autoridad y la proliferación de la delincuencia. Así mismo, impone una carga económica adicional a quienes trabajan en el sector, que ahora tendrán que utilizar con mayor frecuencia el transporte público o pagar un parqueadero por toda la jornada. Si bien se busca incentivar movilizarse a pie por el sector, la inseguridad imperante hace temer por la integridad de quienes deciden caminar por estas calles.
Por supuesto que se aplauden las medidas que buscan mejorar la movilidad en en Bucaramanga. Pero en el caso específico del pico y placa en el Centro, son los ciudadanos y comerciantes quienes pagarán la falta de autoridad que impera en el sector.