Los escándalos nacionales no son suficientes
Por estos días, la opinión pública na-cional ha manejado una nueva teoría que resultaría, de ser cierta, muy beneficiosa para el país.
Según varios analistas, solucionado en gran parte el problema de la violencia guerrillera luego de materializada la desmovilización de las Farc, esta sociedad no tiene ahora otro asunto más urgente por atender que la corrupción, el otro de sus más poderosos enemigos y por lo tanto, debe volcarse a combatirla con determinación y rigor.
En otras palabras, fuera del panorama las Farc, los corruptos deben ser ahora el principal objetivo del Estado ya que son precisamente ellos, que por lo general habitan en su interior, los principales responsables de su debilitamiento no solo económico, sino moral y ético.
Debilitamiento económico que jamás se puede dejar de recordar, es el principal responsable de la pobreza y el subdesarrollo que envuelven a la nación entera, así como los exagerados impuestos que se ven obligados a pagar los contribuyentes.
En lo referente a la lucha contra la corrupción, ya se han comenzado a ver algunos adelantos por parte del nuevo Fiscal Néstor Humberto Martínez. Sin embargo, sobre ese punto es necesario también hacer algunas precisiones.
Es que si los grandes escándalos de defraudaciones de los presupuestos públicos, léase Odebrecht o Reficar para mencionar apenas dos de los más recientes, se quedan solo en el ámbito nacional, así se sancione a los responsables, la lucha estará perdida.
Puesto de manera diferente, si las investigaciones se quedan en los fraudes multibillonarios cometidos por lo general en Bogotá o por los más altos círculos del poder, pero no alcanzan las regiones, que también son víctimas del saqueo constante incluso en mayores proporciones que a nivel central, la sensación de derrota irá de la mano de la impunidad de siempre.
Es por esa razón que la Fiscalía no puede desatender o ignorar actos tan colosales e irregularidades tan manifiestas contra la administración pública como los que se cometieron en el municipio de Bucaramanga en el cuatrienio pasado, para mencionar apenas un ejemplo. Y es por esa razón también que además de alcaldías y gobernaciones, los concejos y asambleas también deben estar en la mira del ente investigador, porque es en esas instituciones donde también se depredan los presupuestos públicos de manera desvergonzada y permanente.
En síntesis, la cruzada contra la co-rrupción debe ser integral, ya que limi-tarse a los grandes escándalos dejará a quienes arrasan las regiones que sigan operando con la tranquilidad que los ha acompañado hasta el presente.