Otra oportunidad para Metrolínea
Acaba de renunciar a su cargo la gerente de Metrolínea Ángela Farah Otero, luego de acumular más de cuatro meses de suspensión por decisión de la Contraloría de Bucaramanga, situación que, según ella, se había tornado insostenible desde el punto de vista profesional y personal.
Desde muchos ángulos es inconveniente y preocupante para la ciudad que la empresa sobre la que recaen el presente y futuro del transporte masivo no solo de Bucaramanga, sino del área metropoli-tana, acumule casi un semestre de inte-rinidad y deba ahora asumir la pérdida de la persona que había sido escogida para trazar los planes a corto, mediano y largo plazo que, ciertamente, no alcanzaron a implementarse.
Desde su mismo origen Metrolínea ha afrontado problemas en su estructura financiera y en el rendimiento de su operación; prácticamente no ha habido un solo gerente o un período en el que la empresa haya tenido resultados favorables y, más bien, lo que ha pasado es que con el tiempo su fragilidad parece ser mayor en todos los campos: los resultados económicos no son los requeridos, la eficiencia en las rutas de alimentadores, padrones y articulados deja mucho qué desear y provoca cada vez más quejas de los usuarios; la piratería se hizo incontenible por esa ineficiencia del sistema y por la debilidad de las autoridades; el parque automotor está cada vez más deteriorado, etc.
Es lamentable la partida de la gerente Farah Otero, pero así mismo esto consti-tuye una nueva oportunidad para que quienes forman parte del nivel decisorio del Sitm hallen la persona con el conocimiento y la experiencia suficiente y ojalá específica en este tipo de transporte para que los ciudadanos del área metropolitana en su conjunto puedan tener al menos la esperanza de un cambio favorable en este aspecto que determina parte de la calidad de vida de todos.
En este preciso momento Metrolínea estudia grandes proyectos tanto en Flori-dablanca, como en Piedecuesta, Girón y el Norte de Bucaramanga que por sí mismos son un gran desafío para la empresa y si a esto sumamos los retos con los operadores, usuarios y el servicio en general, entendemos que es crucial que se acierte en la persona que deberá tomar en adelante las decisiones del día a día sobre un sistema que, además de transportar pasajeros, debería operar como uno de los principales motores del desarrollo del área metropolitana.