Parques más hermosos, ¿pero seguros?
Desde que el ingeniero Rodolfo Hernández asumió la alcaldía de Bucaramanga, se propuso devolverles a los parques de la ciudad el verdor y la belleza de antaño. Es así como desde el principio de su administración se inició un programa para tapizar con prado japonés las zonas verdes de la capital santandereana y devolverle el nombre de “Ciudad de los Parques”.
Para ello se firmó un convenio entre la Alcaldía de Bucaramanga y la Empresa de Aseo por más de $3 mil millones, gracias al cual en lo corrido del año se han adelantado labores de mantenimiento y ornato en 64 parques.
Con 25 cuadrillas de jardinería y 30 parqueros, la administración trabaja en la recuperación de las zonas verdes en sectores como Cabecera, Sotomayor, Ciudadela Real de Minas, Provenza, el Norte de Bucaramanga y el Centro, lo que ha hecho que poco a poco algunos de los principales parques de la ciudad empiecen a reverdecer.
Pero a pesar de lo loable de esta labor, más allá del embellecimiento de este ornato, es importante que los parques sean espacios donde los bumangueses y habi-tantes del área puedan disfrutar de for-ma segura. Lamentablemente estamos lejos de ello. La mayoría de los parques de la ciudad se convirtieron en centros de consumo de estupefacientes y lugares donde la delincuencia reina.
Muchas de las zonas verdes son intran-sitables en las noches, o son lugares donde pocos se atreven a pasear con sus familias sin temor a ser víctimas de atraco. En otros tantos, la dotación de juegos infantiles ha terminado destruida a manos de los vándalos. Cómo olvidar, por ejemplo, el daño hecho a la llamada ‘Gorda de Botero’ en manos de antisociales.
De modo que si bien se aplaude la decidida acción de la alcaldía de devolverle a la ciudad la belleza de sus parques, esta debe ir acompañada de acciones de seguridad que permitan arrebatarle el dominio de los parques a la delincuencia. Solo con una acción decidida de erradicación de los focos delincuenciales que allí se han concentrado y de mantenimiento del ornato, se podrán recuperar los parques de la ciudad y volver a hacer de ellos un lugar de encuentro de las familias y de esparcimiento de jóvenes y niños.