Grandes soluciones con pequeñas obras
No termina aún la ciudadanía de pasar el trago amargo de la construcción del tercer carril, una obra costosa, demorada, mal ejecutada. Y ahora también defectuosa, ya que no logra llegar a término por decenas de desperfectos que los contratistas, no se sabe bien a qué ritmo ni con cuántos obreros, debe corregir.
Los usuarios han sufrido toda esta dilación e improvisación con centenares de horas que a lo largo de estos años les causaron las lentas y estrechas filas de carros que debían moverse por pequeños espacios y los contribuyentes han tenido que soportar todo esto, además, pagándolo en cantidades que rayan ya en el absurdo y que, de todas maneras, son una vergüenza para la ingeniería nacional y para la transparencia con la que deben actuar tanto contratantes como contratistas.
En vista de todo esto, Vanguardia Liberal consultó esta semana a algunos expertos sobre las posibilidades que tenemos para lograr que las personas puedan moverse por la ciudad de manera más eficiente, sin que para ello tengan que gastarse gran cantidad de recursos públicos. La conclusión de las respuestas de los entrevistados es que no es solamente con las grandes obras como se pueden enfrentar los problemas de movilidad vehicular; obviamente es necesaria tanto la educación al conductor y al ciudadano en general, como la necesidad de hacer una Dirección de Tránsito que tenga suficiente capacidad operativa, conocimiento y autoridad para cumplir su función.
Pero, en lo que corresponde a otras soluciones, podemos concluir que no todo son grandes obras, sino que también con pequeños proyectos se logran grandes soluciones. Existen zonas de la ciudad, como la carrera 15, a donde está trasladándose el trancón de la autopista, en la que, mediante la intervención sobre una parte de los andenes, puede ampliarse un carril en ambos sentidos, que haga sostenible en el tiempo la gigantesca inversión que se hizo entre el viaducto y Conucos.
Además de esta, hay otras soluciones de bajo impacto económico, ambiental, urbanístico y social, que pueden pensarse y acometerse en pro de solucionar un problema que, como el del tránsito, ya está convirtiéndose en obstáculo insalvable para los gobiernos y la ciudadanía de Bucaramanga. Hay que evaluar estas ideas para que las acciones del gobierno se vean y se den dentro de los parámetros de transparencia y austeridad en que está empeñada la actual administración.