Cabecera reclama atención
Los habitantes de Cabecera, especialmente los de la carrera 40 y el barrio El Jardín, colmados ya por la situación caótica que viven debido a los cambios ordenados por la Dirección de Tránsito, han puesto pendones con leyendas de protesta como último recurso para hacer notar la manera como se ha afectado su calidad de vida desde que el tráfico automotor, según lo afirman, se convirtió en una calamidad para la zona.
Los cambios viales definidos por Tránsito hace dos meses parecen no causar el beneficio pensado para los conductores, pues deben afrontar varios momentos de congestión cada día, ni para los vecinos del sector que, según sus denuncias, tienen que sufrir, además, una alta contaminación auditiva por el ruido de los motores y los pitos, además de la contaminación del aire que producen en grado superlativo los carros cuando su paso es lento o tienen que detenerse y reiniciar la marcha constantemente.
Una vez más, la Dirección de Tránsito de Bucaramanga queda sentada en el banquillo de la opinión por culpa de sus propias decisiones. Una vez más, entre muchas, tal vez ya demasiadas, el Director de esa entidad se ve enfrentado a sus errores y a las protestas ciudadanas como consecuencia de determinaciones que, si respondieran a criterios acertados, tendría, en este caso a Cabecera, poniendo pendones de felicitación en los antejardines de las casas y no convocatorias a una marcha de vecinos para defenderse de lo que consideran un atropello contra su tranquilidad y su salud.
Cabecera es, según cifras de varias entidades oficiales, el sector más conflictivo de la ciudad, pues es, por ejemplo, donde más accidentes de tránsito ocurren en toda el área metropolitana; muchas veces ha encabezado también la lista de los lugares con mayor número de delitos menores; los constantes escándalos de zonas donde abundan los negocios nocturnos lo hacen un vecindario inseguro y ruidoso en las noches; y ahora, con esta última decisión sobre el tráfico, se convierte en un sector inseguro y ruidoso todo el día.
Es lamentable que cuando debería estar enfocada buena parte de la acción gubernamental a la solución de los problemas de Cabecera, lo que se vea sea nuevamente improvisación en las medidas que se toman, laxitud en la aplicación de sanciones a quienes se las merecen y sordera frente a los reclamos ciudadanos.