Hay que estar preparados
La tragedia que vive México es un asunto que nos toca y no tangencial sino directamente, tanto por la posibilidad de que tengamos movimientos telúricos de gran magnitud (que es algo que, como se sabe hace décadas, se debe contemplar siempre), como por el hecho de que tenemos que estar preparados para afrontar una eventualidad de tal magnitud.
Lo cierto de esto es que, evidentemente, no sabemos si algún día tendremos que afrontar una situación de tanta gravedad, pero lo que sí se advierte como cierto y seguro es que no estamos preparados para resolver adecuada y oportunamente una situación catastrófica en la ciudad. Y no lo estamos porque, por ejemplo, no ha habido nunca siquiera una propuesta de educación permanente a la ciudadanía que incluya nuestras particularidades geológicas y sísmicas en general, todo lo relacionado con este tema, ni, mucho menos se ha construido una cultura de prevención, ni se han hecho las inversiones necesarias para aminorar los posibles efectos en zonas de alto riesgo, que las hay en alto número; ni mucho menos se han hecho las investigaciones necesarias o se han instalado los equipos que permitan advertir a la ciudadanía con algunos segundos de anticipación, la presencia de un movimiento telúrico.
México acaba de demostrarnos que todo eso es posible. El afrontar dos terremotos en 12 días, es una circunstancia que hubiera casi desaparecido a una ciudad que no estuviera preparada para semejante desafío. Quedó demostrado que ellos tienen la inmensa cantidad de sus construcciones resistentes a estos movimientos, tienen los sistemas de alerta funcionando; tienen un muy eficaz sistema de atención de desastres y una población perfectamente educada para sortear esta contingencia.
¿Qué de todo esto tenemos nosotros? ¿Qué tan seguros estamos en nuestras calles, casas y edificios? ¿Qué tan capaces somos de reaccionar adecuadamente ante un sismo fuerte? ¿Qué tan competentes son nuestras autoridades a este respecto? Ningún dinero que se invierta con este fin es dinero perdido, lo malo es que, por lo que se puede ver, no hay nada significativo que se esté utilizando en esta causa que puede salvar miles de vidas en muy pocos segundos.