Los partidos políticos y las elecciones
Estamos a puertas de una campaña electoral para Congreso de la República y enseguida, de otra, álgida, para Presidente. Por eso los temas políticos, electorales y la vitalidad o postración que muestran las colectividades políticas ocupan amplio espacio en la vida nacional. Mucho más cuando el país es testigo de una estrategia no vivida antes: casi 30 aspirantes han tomado la decisión de lanzarse no en representación de un partido político, sino por fuera de ellos, usando el mecanismo de recolección de firmas.
Ante eso, muchos sentencian que los partidos políticos están acabados. ¿Es ese juicio atinado? ¿Han llegado las colectividades políticas a su fin? Fin es la terminación de una cosa, algo después de lo cual no hay más. Los partidos políticos no están en tal punto aún. Es más acertado expresar que están en decadencia, es decir, en descenso, se quieren mostrar activos pero no tienen energía, dinamismo, ni líneas de avance claras y en las últimas décadas han padecido hondamente tres epidemias devastadoras: la narco política, la parapolítica y la corrupción. Por eso para la ciudadanía se muestran trillados, sus propuestas se sienten cansadas, gastadas, sin algo que hoy es fundamental: la posibilidad.
Así, estos no despiertan entusiasmo, provocan oposición abierta o encubierta, hostilidad, rechazo. Pero, ¿acaso esa aversión produce, por sí sola, un mejor mañana? No. De allí el desaliento en muchos ciudadanos que incautamente creen que lo indicado es seguir a quien es censor, creyendo que por ser crítico es mejor y a poco andar, se dan cuenta de que dieron un salto al vacío. Eso ocurrió en Venezuela y las consecuencias han sido nefastas.
En la Colombia de hoy la recolección de firmas para ser candidato a la Presidencia solo es una estrategia, una “válvula de escape” electoral para no portar la bandera de un partido político en decadencia; mas tal estratagema es solo otra muestra de la decadencia que vivimos.
Pero el panorama así mirado es incompleto pues en las elecciones para Congreso la estrategia electoral de la recolección de firmas es ineficaz. Por eso los candidatos blanden banderas de partidos políticos para hacer su campaña electoral.
Se vive la decadencia de los partidos pero no el punto final de ellos. Emitir un diagnóstico equivocado hace buscar remedios que son más graves que la enfermedad.