El matoneo escolar requiere solución de largo plazo
Esta semana la administración municipal, obviamente con buena intención, lanzó una estrategia en un colegio de la ciudad para tratar de contener uno de los más grandes y perjudiciales problemas que a diario se viven en estos centros educativos como lo es el matoneo entre estudiantes.
Más allá de las consideraciones personales que puedan hacerse sobre la eficacia de la estrategia oficial de poner a disposición de los muchachos un timbre para que públicamente denuncien los abusos que reciban, lo que sí atañe a la sociedad en su conjunto es que, dado el creciente número de casos conocidos de pequeños y jóvenes que sufren todo tipo de agresiones en los colegios, se hace necesario y urgente que se estudien y se pongan en práctica medidas más efectivas para proteger a quienes son víctimas de hostigamientos, abusos de toda índole y agresiones en general, al interior de los planteles educativos.
En muchas partes del mundo se ha comprobado que, si bien es necesario endurecer ciertas normas al interior de los colegios, esto por sí mismo no conduce a la solución real del problema, en tanto esta no reside necesariamente en una conducta resultante de una decisión caprichosa del abusador, sino en unas variables sociológicas que indican más bien que el comportamiento impropio surge de la comunidad misma y que en muchos casos tanto el agresor como el agredido son consecuencias iguales de patrones enfermizos que se reproducen en la sociedad.
Se necesita mirar el problema en términos más bien históricos, culturales y científicos, que en los puramente coyunturales, puesto que las estrategias que componen únicamente una respuesta puntual, de choque, suelen tener resultados particulares y de muy corto plazo, mientras que si se actúa sobre la génesis del problema, podría llegarse a la población estudiantil en general y con un impacto mucho mayor.
Sabemos de sobra que somos una cultura reactiva, con tendencia a la agresividad y a respuestas abiertamente violentas, luego romper estos parámetros sería un objetivo válido en la idea de contrarrestar el matoneo escolar; este y muchos otros factores inherentes a la familia y a la sociedad que llevan a esta peligrosa costumbre de agredir al más débil, deberían ser materia de estudio al interior de los mismos colegios. En pocas palabras, la educación es el medio expedito y lógico por el que los colegios podrían luchar a largo plazo contra el matoneo escolar.