Las carreteras santandereanas, amargo problema
Una de las grandes necesidades de Santander, que no ha logrado ser resuelta satisfactoriamente, que nuestros dirigentes de las últimas décadas no han logrado solucionarle a la región, es el problema de las vías carreteables que necesitan nuestros principales centros urbanos, es decir, los municipios del área metropolitana de Bucaramanga, Barrancabermeja, San Gil y Socorro, Málaga, Vélez y Barbosa.
La carretera que une a Bucaramanga con Barrancabermeja ha sido una necesidad imperiosa y una frustración constante durante cerca de 70 años. Anuncios de solución han abundado durante tal lapso pero el problema sigue ahí y es protuberante en sitios tales como el sector de La Azufrada donde todo han sido soluciones provisionales de cientos de miles de millones de pesos frente a coluviones, a una complicada falla geológica. Carretera de doble calzada, la gran vía Yuma, vía 4G, etc., proyectos de diversos nombres, promesas, intentos fallidos y el problema ha vuelto a hacer presencia en este momento, como lo hizo en la fuerte temporada de lluvias de diciembre de 2010, en la de noviembre de 2011 y vaya a saberse cuántas veces más ocurrirá a lo largo de los años.
La carretera de doble calzada entre Bucaramanga y Cúcuta sigue sin terminarse, más de 10 años después de haberse iniciado. El tramo II de la Ruta del Sol se convirtió en una frustración para Santander, es protuberante cuello de botella para nuestra economía y lo será por años. La carretera entre Bucaramanga y Málaga ha sido la insatisfacción y burla más grande del gobierno central con Santander durante el último siglo. La carretera entre San Gil y Tunja sigue sin la atención que su importancia exige y las cosas señalan que no cambiará tal situación. La vía entre Barbosa y Vélez avergüenza pues demuestra la incompetencia de nuestros dirigentes para dar solución a problemas sustantivos de la región.
Nuevamente estamos en época de lluvias y de campañas electorales. Muchos candidatos echarán mano de dicho problema para hacer promesas y dentro de cuatro años se podrá escribir otra nota editorial, semejante a la de hoy, sobre este tema, haciendo una relación de insatisfacciones en materia de vías de comunicación, mientras el anhelo de ser un polo de desarrollo y bienestar para sus habitantes se dificulta jornada tras jornada.