¿Un país que tiene por ídolos a sus delincuentes?
Dos hechos de los últimos días dejan en evidencia un fenómeno en Colombia: la vergonzosa manera en que los delincuentes se convierten en ídolos del país y lejos de tener el repudio nacional, gozan de su aprobación.
El primero fue el homenaje en Carepa, Antioquia, a Luis Orlando Padierna, alias ‘Inglaterra’, segundo al mando del Clan del Golfo que fue dado de baja en Norte de Santander. A pesar de haber sido un sanguinario paramililitar y uno de los responsables de las rutas para sacar cocaína por Venezuela, su muerte fue llorada por su pueblo, que lo despidió como a un ídolo. Con camisetas con su rostro estampado, marchas y música, algunos habitantes de Carepa rindieron un homenaje al capo. “Les daba a los niños útiles escolares, ayudaba a mucha gente. Siempre lo cuidamos, porque era un padrino; donde no llega el gobierno llegaba él”, le dijo a la periodista Salud Hernández uno de los pobladores.
El otro hecho fue la captura el fin de semana del narcotraficante Juan Carlos Mesa, alias ‘Tom’, en una fiesta en la que se encontraba John Jairo Velásquez, alias ‘Popeye’, jefe de sicarios de Pablo Escobar. Por su presencia en esa fiesta, la Fiscalía ha pedido que se revoque la libertad condicional de ‘Popeye’.
Pero lejos de recibir el repudio ciudadano, ‘Popeye’ ha recibido de parte de sus más de 50 mil seguidores en Twitter y 573 mil en Youtube voces de aliento. Convertido hoy en un ‘youtuber’, ‘Popeye’ es una especie de ídolo que promociona en su página web libros, camisetas, gorras y demás elementos alusivos a su vida de sicario. Él mismo se denomina “leyenda”.
¿En qué momento Colombia convirtió en ídolos a quienes debieran ocupar el lugar del repudio ciudadano?
Desafortunadamente, el abandono estatal, la desigualdad social, la falta de oportunidades y la ausencia de educación han hecho que en el país los delincuentes, que suelen ser generosos con los más humildes, se conviertan en “ejemplos” a seguir. Y gran responsabilidad tienen en esta exaltación del crimen las producciones que colmaron la televisión en los últimos tiempos y que han idealizado a estos criminales. Por esta exaltación, hoy muchos suelen olvidar que estos narcotraficantes, sicarios, políticos corruptos y demás que suelen ser aplaudidos en algunos espacios, son quienes han condenado al país a la guerra, al hambre y a la miseria. Sin duda, su exaltación es el síntoma de un sociedad que pide urgente un rescate de sus valores.