La crítica situación de nuestros ecosistemas
Los ecosistemas son fundamentales para el equilibrio del planeta y, pese a ello, enfrentan graves amenazas como consecuencia de la actividad humana pues la ciudadanía desconoce su sustancial importancia. Tenemos 85 ecosistemas y de ellos casi el 50 % está amenazado, estando 20 en estado crítico, lo cual es muy grave.
Santander es uno de los departamentos que tiene más altos niveles de desertificación, junto con La Guajira y Cesar, pero somos inconscientes de las graves consecuencias de ello. El 36 % de las especies de plantas que hay en Colombia están amenazadas de extinción; las cuencas de nuestros ríos sufren una declinación alarmante; el 48 % de nuestras especies de aves se halla en estado de vulnerabilidad; del ecosistema de bosque seco tropical, clave para la acumulación de carbono y ayudar a mitigar el cambio climático, disminuir el riesgo de desastres por deslizamientos y movimientos de masa, solo nos queda el 10 % del que en un momento tuvimos y entre los que están en condiciones más críticas figura el de la región del río Chicamocha.
El informe del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) sobre Colombia, divulgado recientemente, sobrecoge por las realidades que pone en relieve. Por la intervención humana, no solo el bosque seco tropical sino las sabanas, los humedales, las planicies de la región Caribe, las elevaciones medias de las cordilleras, las tierras bajas de la Amazonía, Orinoquía y el Chocó - Daríen, han sufrido graves daños por el desarrollo de obras de infraestructura planeadas sin consideración adecuada de las variables ambientales, por el drenaje, conversión y contaminación de los humedales y por la demanda de tierras para la agroindustria. Siendo preocupante lo comentado, más crítico es el problema de oferta hídrica por la forma irresponsable como se ha usado este recurso. Si se sigue causando daños a las fuentes de agua, a mediados de este siglo viviremos una aguda crisis de tal líquido.
Como expresa el estudio, es necesario salvaguardar el debido espacio para la naturaleza, luchar para reducir el deterioro y ruina de los ecosistemas, eliminar la sobreexplotación de los recursos naturales, implementar modelos de desarrollo basados en la protección del patrimonio natural, que sean social, política, legal e institucionalmente amigables con la naturaleza e impulsar proyectos económicos que protejan nuestros recursos.