La torpeza infinita del Eln
El pasado 10 de enero, llegó a su fin el cese al fuego bilateral que se había pactado con la guerrilla del Eln al finalizar el año. Desde ese momento, dos oleoductos han sido dinamitados, dos policías y un soldado fueron asesinados, un contratista de Ecopetrol fue secuestrado, un bus quemado y se han registrado múltiples hostigamientos contra la Fuerza Pública. El Eln estaría tras todos estos hechos. Según los analistas, el actuar del Eln pretende demostrar que tienen poderío militar, para presionar la mesa de negociación con el Gobierno, suspendida tras los ataques de la guerrilla.
Pareciera que el Eln no entendiera el momento que atraviesa el país ni se hubiera enterado del sentimiento de una nación.
Tras los diálogos de paz que se adelantaron con la guerrilla de las Farc, el país terminó con un desgaste, que ha llevado a que el ciudadano del común, desafortundamente, se sienta saturado con los temas referentes al proceso de paz con las Farc.
Además de esta sensación de cansancio, los obstáculos que se han ido presentado en la implementación de los acuerdos de paz, la oposición a la integración a la vida civil de los miembros de las Farc y la campaña electoral que se avecina, en la cual el sentimiento antiguerrilla ha servido de discurso político para muchos, hacen que en el país crezca la negativa a adelantar un proceso de paz con el Eln, pues no se evidencia un sentimiento real de querer cesar en las actuaciones terroristas.
El Eln debería entender que es muy poco probable que un nuevo gobierno, como el que llegará con la elección de un nuevo Presidente de la República, esté dispuesto a asumir un desgaste con un nuevo proceso de paz. Esta guerrilla no ha entendido que si no cesa en sus ataques terroristas y su intención de paz no es evidente, es posible que un nuevo Gobierno desista de sentarse a la mesa de diálogos.
Ojalá el Eln tome conciencia de la enorme torpeza que significa seguir adelante en su actuar delictivo, pues cada una de sus actuaciones en contra de la población civil solo significará aún más rechazo de la ciudadanía y alejar aún más la posibilidad de que puedan reintegrarse a la vida civil, tras un proceso de paz.