Un secreto a voces
El pasado jueves, el fiscal General de la Nación, Néstor Humberto Martínez, dio a conocer los primeros resultados de las investigaciones por corrupción electoral que adelantó el ente acusador tras las pasadas elecciones legislativas. Después de haber esperado la segunda vuelta presidencial, el Fiscal General hizo públicas las distintas modalidades de corrupción al votante, que van desde la compra de votos, el costreñimiento al elector y las presiones a los contratistas, hasta la conformación de empresas para trabajar en campañas y pagarles a los electores por apoyar a un candidato.
La organización descubierta por la Fiscalía funcionaba al servicio de candidaturas apoyadas por dirigentes políticos de la Costa colombiana, que de la mano de diputados y concejales, contactaban líderes encargados de reclutar electores, que recibían dinero a cambio de su voto. La financiación de esta compra de votos se generaba incluso en contratos firmados con entidades estatales de los cuales se saca un porcentaje para financiar campañas.
Por estos hechos están siendo investigados varios políticos de la Costa, actuales congresistas, diputados, concejales y hasta un alcalde.
Lo sorprendente de la revelación del Fiscal no es el alcance de esta maquinaria electoral, sino que hasta ahora sea pública, pues esto es algo evidente en las regiones. La financiación de las campañas regionales se ha convertido en una empresa criminal multimillonaria, donde el cumplimiento a los topes no es más que una ilusión y el voto a conciencia, una falacia. Hay que decirlo, sin temor a equivocarse, que ese esquema de “red criminal” que denunció el Fiscal en la Costa también se replica en otras regiones incluido Santander. Es un secreto a voces que en las campañas regionales se compran votos a manos llenas, se presiona a los contratistas a votar por el candidato de la línea de quien ostenta el poder y que existe todo un entramado para movilizar votantes a cambio de beneficios, en el que participan desde los líderes de los barrios hasta los reconocidos políticos de la región. Enhorabuena la Fiscalía empieza a destapar este entramado de “empresas electorales”.
Ojalá pronto en Santander se conozcan resultados y podamos por fin descifrar cómo es que han llegado a ser nuestros representantes personas que no tienen ningún mérito para serlo. Todos sabemos quiénes son y cómo llegaron allí.