“Participar en elecciones viniendo de la guerrilla no es fácil”: Navarro Wolff
La iniciativa fue incluida porque ese asunto requiere una reforma constitucional, cuyo trámite ordinario tardaría más de un año; un periodo extenso si se tiene en cuenta el plazo de seis meses que pactaron Gobierno y Farc para la firma de un acuerdo final de paz.
Quien puso el tema sobre la mesa fue el senador Antonio Navarro Wolff, exmilitante del M-19 y quien llegó a ser constituyente, Ministro de Salud, Alcalde, representante a la Cámara y Gobernador.
En entrevista, el senador admite que no es fácil ganarse al electorado en esa transición.
PREGUNTAS Y RESPUESTAS
¿Qué responder a las críticas que aseguran que su proyecto es más una concesión a la guerrilla?
La participación en política, el derecho a ser candidatos, ha sido y es el corazón de todos los procesos de paz negociados en el mundo y en nuestra historia patria. Es la esencia de la negociación que dejen de echar bala para que se pongan a echar lengua, a ver a quién convencen.
¿Cuáles son los alcances del proyecto?
Es para aquellos que reciban sanciones de la justicia transicional, que se desarme de manera verificable, se incorporen a la vida civil y no sean objeto de excepciones en el acuerdo de paz
¿Qué limitaciones podría tener el proyecto en la participación política propuesta?
Las limitaciones que se incorporen en el acuerdo de paz que se firme. Pueden ser por la gravedad de los delitos cometidos, de tipo temporal mientras cumplen las sanciones o relacionados con la cantidad de verdad que confiesen
Usted militó en el M-19 y cuando participó en política, como Alcalde y Gobernador, su gestión tuvo acogida a nivel nacional. ¿Cuál fue el mayor reto?
Participar en elecciones viniendo de la guerrilla es difícil. Hay que ser muy consistente en el cumplimiento de la palabra y producir resultados cuando se es elegido
Cuando Carlos Pizarro fue candidato, en un momento coyuntural como el que vivía el país en ese entonces, ¿cómo lograron tener esa aceptación política?
Carlos Pizarro tenía claro que el apoyo ciudadano era más importante que los acuerdos en la mesa de negociación. Por eso desde el principio se rodeó el diálogo de hechos de paz. Tenía razón. Después de la firma de la Paz conseguimos mucho más que en la mesa de negociación, más de lo que las Farc han conseguido ahora. Ganarse el corazón de la gente es lo esencial.
Hace unas semanas el presidente Juan Manuel Santos dijo en Nueva York que en la reinserción hay beneficios políticos, pero dudó que un desmovilizado llegue a ser Presidente. ¿Ve difícil ese escenario?
Nada es imposible pero para las Farc va a ser especialmente difícil subir la cuesta de la mala opinión que tienen de ellos los colombianos.
Con la experiencia de la Alianza Democrática, pese a que hubo participación y apertura democrática, políticamente no hubo un mayor alcance. ¿Qué pasará con las Farc para evitar esa fragmentación?
Si hubo resultados muy importantes. Haber elegido 1/3 de los constituyentes de 1991, por ejemplo. Fue la votación porcentualmente más alta de la historia de la izquierda en Colombia. Luego nuestra inexperiencia electoral nos pasó factura, pero hemos levantado cabeza con el tiempo.