Nuevo Colegio La Fortuna iniciará obras esta semana
Desde hace dos años los estudiantes de la institución educativa deben ver sus clases en contenedores, debido a que el pésimo estado de la infraestructura obligó a la Alcaldía a clausurar buena parte de ella hace dos años.
Luego de varios intentos fallidos, en este gobierno se logró finalmente sacar adelante una licitación por $7.643 millones, cuyo trabajo de campo iniciaría esta semana, según lo confirmó la Secretaría de Infraestructura.
El ingeniero Gerson Andrés González, jefe de esa dependencia, confirmó que con anterioridad se habían socializado los trabajos con la comunidad educativa y del sector.
“Se le explicó a la comunidad el tema de las obras sobre la institución educativa, los habitantes del sector aportarán la mano de obra y en estos momentos se cumplen las mediciones y adecuaciones en el terreno para iniciar la intervención”, detalló el secretario de Infraestructura, Gerson Andrés González Ortiz.
Dentro de la proyección que se tiene está la construcción de una edificación de dos pisos, con 10 aulas, además de la adecuación de un escenario deportivo, encerramiento del establecimiento educativo, redes hidráulicas, sanitarias, instalaciones eléctricas y laboratorios.
También dijo que habrá otras inversiones en infraestructura educativa en el casco urbano de Barrancabermeja, por el orden de los $6.200 millones, en el Colegio Camilo Torres, el Colegio José Prudencio Padilla (Cas), Intecoba y Real de Mares, entre otros.
No habrá afectación
El secretario de Educación de Barrancabermeja, Óscar Jaramillo, aseguró que en el proceso de construcción del Colegio La Fortuna no habrá ninguna afectación a los estudiantes, pues la obra se va a desarrollar sobre un predio baldío, precisamente, frente a la sede principal actual.
“Esperamos que el proyecto esté terminado en un año y que para 2018 podamos poner al servicio la nueva infraestructura”, dijo el profesional.
Además, recordó que el hecho de que la estructura actual del Colegio Agropecuario La Fortuna no sea del Municipio impedía hacer mantenimiento o modificaciones.
“Ni siquiera sabemos de quién es el predio. En el año 2003 fue la última adecuación que se hizo, que fue un proyecto con la Embajada del Japón”, relató el Secretario.