Chicamocha a todas luces
El cañón del Chicamocha, esa imponente metáfora de la grandeza, de profundo significado para los santandereanos, es el motivo que une a dos reveladores artistas, Mauricio Olaya y Gerson Corzo, en esta exposición, donde fotografía y pintura originan un diálogo rico en sensaciones, luces, color exaltado, grises infinitos, que acuerdan finalmente sorprender al espectador con la más sencilla conclusión: el verdadero conocimiento de nuestro entorno surge cuando somos capaces de aceptar el diálogo entre miradas y creencias distintas.
No siempre fue fácil la relación entre fotografía y pintura. A mediados del siglo XIX, la fotografía era vista y valorada únicamente por su capacidad de reproducir lo real. El arte estaba determinado por la pintura realista, que veía en la fotografía un artificio mecánico incapaz de expresar valores estéticos. Se miraban con desconfianza y se asumían como enemigas. Solo con el desarrollo posterior de los lenguajes de la fotografía y de las vanguardias artísticas, la fotografía se consolidó para convertirse en una forma de expresión autónoma. Se necesitó que ambas crecieran para poder hablar.
Ese maravilloso recorrido por la historia de estos lenguajes y sus intrincadas tensiones y conflictos es lo que nos muestran estos dos magníficos artistas, ya no asumiendo viejas rencillas icónicas de la tradición de la fotografía y la pintura, a todas luces superadas, sino expresando a través de sus propios lenguajes un tema común, de profundo significado simultáneo, y en el que dejan muy en claro que solo las miradas distintas, las opiniones distintas, las creencias distintas sobre aquello que nos une nos permiten recorrer el camino de los sueños de bienestar que tanto deseamos para todos. El resultado que sorprende con las obras de Mauricio Olaya y Gerson Corzo es que el espectador obtiene un conocimiento diferente, que no imaginaba, sobre un ícono conocido y querido por todos los santandereanos. Es como si estas obras y el Cañón del Chicamocha nos hablaran de la coyuntura política actual. Una vez más, el arte y los artistas, aportándole a la formación de un país en paz y mejor, ayudando, para conocernos y entendernos más ampliamente, respetando las diferencias.
Las opiniones transparentes y honestas de Mauricio Olaya sobre esta exposición así lo demuestran: “La fotografía tiene muchas posibilidades, desde la primaria que determina la captación objetiva del paisaje por el paisaje, hasta la que nace en la conjugación entre la técnica debida y la paciencia del observador, del caminante o, en mi caso, del idólatra del paisaje que rinde el culto debido a las formas, los volúmenes, los cambios que sugiere el paso de la luz, los contrastes y, en general, del respeto inmenso por la obra del Creador”. Igualmente, de manera lúcida, Gerson Corzo afirma: “En la especialización en pintura que realicé en Madrid, entendí el sentido de una de los postulados centrales de la dinámica académica: la pintura es en sí el lenguaje que define el mensaje. No es lo interpretado lo que tiene valor, sino lo que se hace con la materia (el óleo y los acrílicos en mi caso) para interpretar lo que tenemos ante nuestros ojos. De hecho, cuando me libero de la representación objetiva, la sensibilidad del artista es mayor, pues hay un romper de las cadenas que significa el realismo”. Por ello, y porque es necesario conocer el cañón del Chicamocha más a fondo, es importante visitar esta exposición, que está abierta hasta el 31 de mayo en la sala de exposiciones de la Alianza Colombo Francesa de Bucaramanga.