‘El inventor de juegos’ llega a Colombia
Parafraseando a Calderón de la Barca, podríamos decir que su autor considera que “la vida es juego”; pero esta idea no está tomada metafóricamente, sino de manera literal: Iván Dragó, el protagonista de la novela, es también el protagonista de un juego creado por Morodian, un célebre inventor de juegos.
A medida que va avanzando el relato, se advierte que Iván recorre un camino ya fijado por otro, y también se descubre que este camino no será siempre el mismo: cambiará cada vez que se abra el tablero para jugar y serán los jugadores –o los lectores– los que irán creando historia, escribiendo “la página vacía” que viene con el juego y con el reglamento. En este sentido, la trama de la novela es solamente una versión más de la vida de Iván Dragó. Esta situación se explica con claridad en la frase final del libro: “Tiremos los dados otra vez”.
Tanto en la novela como en la película, hay aventuras y peligros a granel, hay un pequeño personaje que crece gracias a su ingenio, hay una imaginación delirante a la hora de describir los juegos; pero también hay un planteamiento que no por lúdico es menos ético: la compañía que dirige el extraño y malvado Morodian se propone conquistar el mundo con juegos en que supuestamente gana el que puede comprar más cartas ilustradas, y en el que solo triunfa la rentabilidad de la empresa. Pero, sin duda, lo realmente fascinante de esta historia es el proceso creativo.
‘El inventor de juegos” tiene una característica que solo los mejores relatos tienen: se puede entrar en él desde cualquier lugar y con cualquier propósito, y cada lector saldrá satisfecho.