No aburra a su pareja
Solo debe realizar un pequeño ejercicio: deténgase a evaluar cuáles son los temas que abordan siempre en pareja. ¿Cuáles predominan? ¿Solo hablan de dolencias y enfermedades? ¿De cuentas y deudas por pagar? ¿Del mal día en el trabajo? ¿De los problemas de su familia? ¿Del caos? De ser así es importante que se ponga la mano en el corazón y se diga si ese tipo de conversaciones están aburriendo a su pareja. Es hora de ponerse en el lugar del otro.
Y no es que no se pueda hablar de aquello que lo aqueja, pero ese no puede ser el único tema. Que una buena película, el amor que siente por ella o por él, alguna pirueta de sus hijos, y hasta un mal chiste, sean parte de los temas para oxigenar la relación.
Eso es precisamente alimentar el amor, que usted se tome un tiempo para mirar desde afuera cuáles herramientas pueden darle un nuevo aire a su día a día.
Deje atrás el pesimismo, los temas aburridos, incluso esa cantaleta con el orden que puede sumarse a un día de estrés de su pareja. Hay quienes viven quejándose todo el día del calor, del frío, de su trabajo, de su inconformismo con la vida que llevan.
Utilice una palabra dulce, cambie su discurso, solo haga el ejercicio y conviértalo en un hábito, así su pareja lo recibirá con una enorme sonrisa.
Los dos deben ser ese oxígeno para el otro. Aquí, algunas sugerencias de los expertos consultados.
Me estás saturando
“Me estás saturando con tus problemas”. Quizá esa frase no sea alentadora, pero sí la que puede haberle pasado por su mente más de una vez.
Por supuesto no la lanzará a los cuatro vientos, pues esto terminará lastimando a su pareja, pero sí puede ser asertivo ante la situación
Los profesionales consultados lo invitan a asumir una actitud propositiva. Quizá su pareja se encuentre nublada, no vea salida y usted, que está mucho más tranquilo y despejado, pueda darle algún tipo de ideas para que mejore la situación.
“A veces la pareja cuenta lo que le sucede pero no encuentra atención. Por eso como pareja también debemos entrar a revisar si estamos haciendo lo nuestro”, indicó la psicóloga Irma Socorro Rodríguez.
Y ya en el caso de que la pareja se queje solo de algo específico como su trabajo, por ejemplo, pues se siente insatisfecha, o cansada, es bueno escuchar y sencillamente cambiarle el tema por uno mucho más positivo.
“es que vives quejándote por todo”
Quizá existan personas que vayan quejándose por todo en la vida.
Lo anterior es producto de su insatisfacción, pues no han encontrado el rumbo. “No saben para dónde van, y en esa búsqueda se sienten aburridos y aburren al mundo. Se quejan y así quieren llamar la atención. No hay mejor forma para ellos que asumiendo la actitud de sufridos”, explica la psicóloga Irma Socorro Rodríguez.
La profesional invita a la pareja a poner freno a tantas quejas, o no ser permisivo con ello y a abordar claramente un problema que perturbe a la pareja, buscar soluciones y avanzar, pero no se pueden quedar dándole vueltas a un asunto, sin tomar medidas y solo asfixiándose el uno al otro.
Una nueva mirada
1 Si tiene problemas puede compartirlos con su pareja, pero también buscar redes de apoyo que le permitan tomar acciones a favor. No espere solo a que su pareja le solucione su vida.
2 No se ahogue en un vaso de agua. Así lo explica la terapeuta de pareja, Oveida Rosales. Y como pareja, escuche al otro, entre en resonancia con el otro ante un problema que lo aqueje, recuerde que ser pareja también es eso, poder apoyar, tener la posibilidad de que el otro se sienta respaldado.
3 Permítale a su pareja expresarse, decir “estoy triste”. Sea esa voz de aliento.
4 Deténgase. No se deje llevar por el afán del día a día, no salga de su casa corriendo todo el tiempo. Déle un beso a su pareja, encuéntrense para almorzar. No se acostumbre al desencuentro. A eso lo invita la profesional Oveida Rosales.
5 El apoyo debe ser sincero. Eso es lo más hermoso. Que usted sienta que su pareja lo apoya y que usted también de manera significativa. Sacúdase como pareja.
PREGUNTAS Y RESPUESTAS
Un ejercicio individual
Solo pregúntese qué pensaría usted de sí mismo si fuera su pareja. Por un momento piense que es el otro. ¿De qué le habla? ¿Cuánto la hace reír? ¿Cómo aborda los temas relevantes o las problemáticas que lo aquejan? ¿Qué quiere que le diga su pareja ante una situación específica? ¿Cómo reaccionaría ante tal hecho? Lo anterior le permitirá evaluar si usted es una persona que asume la vida en pareja con total amor, entrega, si alimenta la relación, o por el contrario satura de problemas, negatividad, no se comprende a sí mismo y mucho menos al otro.
La invitación que hace la terapeuta de pareja Oveida Rosales, es a que realice un ejercicio individual en el que se pregunte: ¿Qué necesito? ¿Qué hago yo por mi pareja? ¿Qué necesita el otro? ¿Estoy dispuesto a dar y recibir? ¿Entiendo que la vida en pareja es de mutualidad, es decir, dar a mi pareja lo que ella o él quieren recibir?
Esto le ayudará también a salir del egocentrismo, de pensar como individuo y pensar más en esa dualidad. Proyéctese siempre en el otro.
Oveida Rosales
Terapia de pareja
Para muchas personas es todo un desahogo contarle a su pareja los problemas que los aquejan. ¿Cómo hablarlos sin saturarlos? Definitivamente la realidad que estamos viviendo, la parte macrosocial, el costo de la vida, el orden público, la violencia, inundan también la parte íntima y familiar; no se puede evadir y necesariamente nos afecta y debe hablarse de ello. Pero se cae en algo permanente.
Hay una fórmula que manejo en terapia y es la necesidad de conversar, sentarse y hablar en pareja. Eso va a ayudar a salir de esas situaciones de costumbres, hábitos o rutinas.
Es conversar sobre varios aspectos, por ejemplo, establecer una hoja de ruta y es qué harán como pareja al día siguiente. Lo triste es que muchas parejas no saben si quiera que su pareja tendrá un viaje y solo se dan cuenta cuando están armando la maleta, algunas ya no tienen ni tiempo para ese espacio tan importante que es gozar del alimento y cenar juntos.
Se trata sencillamente de tenerse en cuenta.
Las personas se embullan en su rutina, se olvidan de que la pareja existe, y cada uno va por su lado, no se sienten reconocidos y ahí es donde empiezan los problemas. Aparecen discursos como “no me llamó y no me avisó” o “le dije que me hiciera eso y no lo hizo”. Así empieza la cantaleta del diálogo negativo.
¿Qué hablar y cómo hablarlo? Se debe empezar por tenerse en cuenta. Cuando nos miramos a los ojos y nos decimos las cosas, nos preguntamos, nos respondemos. Debe haber encuentros, así se tenga que hablar de realidades.
Decirle adiós a la incertidumbre también. Hay parejas que no saben nada unos de otros.
Estamos entrando en una soledad que al final termina en un pozo sin fondo.
Solamente pedirle un favor a la pareja es reconocer al otro y sentirme gratificado.
Se deben hablar cosas tan sencillas como qué van a hacer en Navidad, con cuánto dinero disponen, hacer un presupuesto, tener conversaciones basados en la certeza.
Irma Socorro Rodríguez
Psicóloga
¿Cuáles temas debemos abordar para no caer siempre en conversaciones aburridas o rutinarias del diario vivir?
Primero es entrar a revisar si estamos repitiendo temas que escuchamos desde la crianza y que no hemos podido dejar atrás, que se tornan cantaletudos. Eso es señal de no haber roto esos segmentos de convivencia de los padres.
Debemos empezar a retomar temas que nos enamoraron, aproximarnos a lo que éramos antes, esa nueva mirada de la vida que vamos adquiriendo, qué he visto nuevo en la otra persona. Es redescubrir al otro, redescubrir la relación.
Hay temas que hay que hablar de algún modo como las deudas, los problemas de los hijos, algún inconveniente en el trabajo. ¿Pero cuáles son los errores más comunes que cometemos en pareja cuando hablamos de ellos?
El principal error es hablar de esos temas en el momento inadecuado. La pareja llega cansada del trabajo, cargada de estrés y se le habla de eso. Se ve preocupada la pareja y se le sigue hablando de esas situaciones problemáticas.
Esto no solo recarga, sino que la pareja no va a tener la atención que requerimos y lo que se va a lograr es que se dé un nuevo problema acompañado de frases como “no te importa lo que te estoy diciendo”.
Lo importante es evaluar en qué tipo de canal se sintoniza mi pareja. Es abordar los temas haciendo primero un contexto de lo positivo, exponiendo la problemática y asumir una actitud propositiva. Es no agrandar los problemas sino buscarle soluciones entre los dos.