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Bucaramanga
Martes 18 de agosto de 2020 - 12:00 PM

18 de agosto de 1989, nefasto día para Colombia

El asesinato del líder liberal Luis Carlos Galán Sarmiento, cometido el 18 de agosto de 1989, partió la historia política de Colombia. Ese mismo día, otro ilustre hijo de Santander, el coronel Valdemar Franklin Quintero también fue asesinado. Ese 18, fue un día lúgubre para Colombia.

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Con su verbo fácil y conocimiento de la realidad del país, Galán se atrevió a denunciar en la plaza pública y en el Congreso colombiano la descarada infiltración de las mafias del narcotráfico en la política y en la sociedad de un país sacudido en esa época por una cadena de actos violentos que hoy todavía se recuerdan con horror por la sevicia con la que se cometieron.

El carismático líder de 45 años fue asesinado pasadas las 8:45 de la noche del 18 de agosto de 1989 en plena campaña a la Presidencia en la plaza principal de Soacha, un municipio aledaño a Bogotá en donde se erige hoy una estatua suya con el puño derecho en alto.

31 años después de su muerte, las ideas y los planteamientos formulados por el bumangués Luis Carlos Galán siguen teniendo vigencia.

El país ya no tiene el cáncer del Cartel de Medellín, pero el narcotráfico, la corrupción estatal y la influencia de grupos ilegales en la política siguen muy presentes.

Los discursos y frases más icónicas de Galán bien podrían hablar de nuestros días y aún hoy los colombianos recuerdan con dolor cómo vivieron ese 18 de agosto de 1989 en el que murió el político bumangués.

En este informe, incluido en el especial 1989: el año en que la violencia casi derrota a Colombia, los santandereanos cuentan qué es lo que más recuerdan de Galán y de esa trágica noche.

Luego del asesinato de Galán también corrieron la misma suerte los candidatos presidenciales Bernardo Jaramillo Ossa, del partido de izquierda Unión Patriótica, el 22 de marzo de 1990, y Carlos Pizarro León-Gómez, del desmovilizado grupo guerrillero M-19, el 26 de abril del mismo año.

La otra tragedia del 18 de agosto

El coronel Valdemar Franklin Quintero, comandante de la Policía Antioquia, fue asesinado por el cartel de Medellín el 18 de agosto de 1989 a las 6:20 de la mañana.

El crimen del santandereano se registró cuando el vehículo en que se movilizaba se detuvo en un semáforo en rojo. Los sicarios se acercaron al carro para acribillarlo a tiros. El Cartel de Medellín fue responsable de su asesinato.

El asesinato del coronel puso una vez más de presente que el narcotráfico le estaba ganando la guerra a un Estado “minusválido, incompetente y en franca retirada”, tal como lo reseñó el editorial del periódico El Colombiano, de Medellín.

Quintero, también nacido en Bucaramanga, se desempeñó además como instructor en la Escuela de Policía de Bogotá y coronel de las divisiones de Caldas y Boyacá. En Antioquia lideró la lucha contra las guerrillas, las autodefensas y los narcotraficantes. Dirigió la Operación Retorno y la Operación Primavera, dos golpes en contra de los paramilitares del Magdalena Medio.

Revise acá el Calendario del Horror: que recopiló los hechos violentos que tuvieron lugar en el país durante 1989.

En mayo de 1989 capturó al caballista antioqueño Fabio Ochoa. Lo mismo hizo con el hijo del capo Gonzalo Rodríguez Gacha, alias el Mexicano. Y nunca se dejó comprar por los dineros de la mafia y, anticipando su destino, retiró sus escoltas para que no mataran personas humildes. El que finalmente murió fue él, aunque su legado como el “Incorruptible”, el hombre de las leyes, permanece indemne.

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Publicado por Redacción Vanguardia

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