Bucaramanga
¿Qué dicen los protagonistas de la ‘piratería’ en Bucaramanga?
Las cifras de la Dirección de Tránsito de Bucaramanga de ‘comparendos’ a vehículos ‘piratas’ evidencian que el control a informales este año ha aumentado. Más de 2.800 vehículos han sido sancionados. Sin embargo, la ilegalidad se sigue tomando las calles.
Actualmente existen alrededor de unos 50 ‘terminales’ de mototaxi en Bucaramanga. A esto se suman los carros ‘piratas’, los taxis de servicio de transporte público que trabajan como colectivos y el servicio de Uber que sigue sumando más vehículos en la ciudad.
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Vanguardia Liberal le dio la voz a tres actores de la ‘piratería’ en Bucaramanga. Nos contaron por qué escogieron la ilegalidad y cuáles son las dificultados del transporte formal en la capital santandereana.
Desde hace 16 años, Alberto tiene taxis. Ante la devaluación del valor del cupo tomó la decisión de vender sus dos ‘amarillos’. Con ese dinero le alcanzó para comprar tres carros nuevos modelo 2015 y empezar a manejar Uber. Aunque reconoce que es ilegal, asegura que Uber ofrece más facilidades de trabajo en Bucaramanga. “Muchos taxistas también tienen Uber, es una fuente de ingreso adicional que no requiere mucha inversión”, afirmó.
Mientras que se necesitan cerca de $110 millones para tener un taxi, pues los cupos en Bucaramanga llegan a los $80 millones, un carro que puede costar $20 millones, sirve como Uber. Las tarifas de Uber son muy económicas para recorridos cortos y un poco elevadas para carreras largas. Una mínima puede costar $3.500. Hay recorridos que valen hasta $30 mil. Alberto aseguró que en una jornada de trabajo de un fin de semana en horario nocturno, se puede hacer hasta $220 mil. Entre 28 a 30 servicios. “Aunque la tarifa a Uber es alta, el 35%, en un fin de semana se hace el producido de la semana”, manifestó.
Después de más de dos años de trabajo con Uber, a Alberto le inmovilizaron uno de sus vehículos. Por esta razón, los vendió y se quedó con un carro para la familia. Volvió al taxi, pero como empleado, ya que, “en la ciudad hay un tremendo monopolio con los taxis, ya no es rentable comprar un cupo”.
Samuel se quedó sin trabajo hace un año. Le contó a Vanguardia Liberal que se cansó de pasar hojas de vida, así que se arriesgó a salir en su moto y un casco adicional. Rápidamente empezó a hacer servicios, e incluso, tiene una ‘clientela’ fija. Los lleva a sus trabajos, los recoge, hasta les lleva los almuerzos. “Mientras tenga los papeles al día con la moto, no debería tener problema. No le hago daño a nadie”, aseguró.
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Dependiendo de las distancias, el precio del servicio varía. Desde $3 mil en los recorridos cortos hasta $9 mil o $10 mil, por ejemplo, a Piedecuesta o Girón. Al día, José hace entre 25 y 35 servicios. Debe pagar $10 mil de gasolina y casi siempre a su hogar lleva entre $50 mil y $60 mil. En los días ‘pesados’ se hace $40 mil, por ejemplo, el día de pico y placa, cuando solo puede hacer servicios en Floridablanca.
“Las autoridades nos persiguen, pero la verdad es que estamos ofreciendo un servicio que la gente pide. No hay necesidad de ofrecer, la gente misma pregunta, ¿hace moto? y uno los transporta”, sostiene.
Reconoció que existen muchos puntos de la ciudad donde hay algo así como unos ‘terminales’ y que muchos de estos sectores están monopolizados. “Para evitar problemas es mejor no estacionarse”, dijo.
Relató que lo han parado en retenes. Como sus pasajeros casi siempre lo conocen y tiene papeles al día, no le han interpuesto multas. “Hay compañeros que se arriesgan a trabajar sin Soat. Cuando les quitan la moto, a veces es tan costoso, que prefieren perderla en los patios”, expresó.
José volvió a ser taxista, después de muchos años de dedicarse a la vigilancia. Le contó a Vanguardia Liberal que hace 20 años, la primera vez que empezó a manejar un ‘amarillo’ por las calles de la ciudad, “tener un taxi o trabajar en uno era muy rentable”. Sin embargo, ahora la realidad es otra. Volvió hace medio año a manejar taxi como empleado. Paga $50 mil de tarifa diaria por doce horas de trabajo, de 4:00 de la mañana a 4:00 de la tarde, y deja ‘tanqueado’ el carro. Hay días que quedan pocas ganancias.
“En Bucaramanga el transporte legal está mal. Uber y los mototaxis nos están acabando. Hay que hacerle la competencia a la piratería”, aseguró. Por eso, decidió ofrecer servicio colectivo. Mientras que el pasaje en bus urbano o Metrolínea vale $2.300, el colectivo a casi todos los destinos cuesta $200 más. Los servicios cuestan casi siempre lo mismo que una carrera: $10 mil. En el caso de José, los destinos que prefiere hacer son: Florida - Cabecera, Provenza - Cabecera, y Piedecuesta - Cabecera. Entre algunos servicios que logra hacer con la aplicación Los Móviles y los colectivos que hace todos los días, se hace entre $140 mil a $150 mil. Menos gasolina y tarifa, le quedan unos $50 mil a $60 mil en un día. “Si no hago los colectivos, puedo pasar una o hasta dos horas sin hacer ningún servicio. Pierdo gasolina y tiempo”, comentó.
Germán Torres Prieto, director de Tránsito de Bucaramanga, DTB, informa que en la ciudad se han intensificado los controles para combatir la informalidad. La cifra de ‘comparendos’ para 2018, que supera los 2 mil, es muy alta, en comparación con los años anteriores.
Las cifras de la DTB han evidenciado un incremento en el número de sanciones por ‘piratería’. Este año, hay 48% más infractores por esta causa en la ciudad. Mientras que el año pasado se impartieron 1.909 multas por ‘piratería’, hasta septiembre de 2018 hubo 2.822.
De éstos, 1.101 vehículos fueron llevados a patios. Mientras que, 1.721 tuvieron ‘comparendo’ más no inmovilización.
A esto se suma, la reciente llegada de 50 agentes designados desde el Ministerio de Transporte y la Agencia Nacional de Seguridad Vial como parte de un “Plan de Choque” contra la ‘piratería’.
“Con estos agentes se tiene una mayor cobertura en aquellos puntos críticos donde se evidencia el transporte ilícito”, aseguró Torres.
De acuerdo con la DTB las motocicletas siguen siendo los vehículos más sancionados por piratería con el 63% de las multas este año.
El centro de Bucaramanga se mantiene como la zona donde más ‘comparendos’ se imparten. En 2018, van 530 sancionados. Le sigue Cabecera del Llano con 367 multas.