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Bucaramanga
Lunes 04 de octubre de 2021 - 12:00 PM

Así afecta la inseguridad en hábitos de la gente en Bucaramanga y su área

Los impactos negativos como el miedo y la zozobra, repercuten hasta en la conciliación del sueño en muchos ciudadanos, señalan expertos en sociología. En Bucaramanga y su área este año se registró un aumento de 1.291 hurtos contra personas, en comparación con 2020.

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Se calcula que alrededor del 55% de la población en el área se siente insegura en la ciudad, según estudios y encuestas publicadas por Bucaramanga Metropolitana Cómo Vamos. (Fotos: Archivo /VANGUARDIA)
Se calcula que alrededor del 55% de la población en el área se siente insegura en la ciudad, según estudios y encuestas publicadas por Bucaramanga Metropolitana Cómo Vamos. (Fotos: Archivo /VANGUARDIA)

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Se calcula que alrededor del 55% de la población en el área se siente insegura en la ciudad, según estudios y encuestas publicadas por Bucaramanga Metropolitana Cómo Vamos. (Fotos: Archivo /VANGUARDIA)

Entre enero y mediados del presente año la Policía Metropolitana de Bucaramanga registró 6.037 denuncias formales por hurtos cometidos contra ciudadanos, en modalidades como asalto a mano armada, ‘raponazo’, entre otros. (Fotos: Archivo / VANGUARDIA)
Entre enero y mediados del presente año la Policía Metropolitana de Bucaramanga registró 6.037 denuncias formales por hurtos cometidos contra ciudadanos, en modalidades como asalto a mano armada, ‘raponazo’, entre otros. (Fotos: Archivo / VANGUARDIA)

Entre enero y mediados del presente año la Policía Metropolitana de Bucaramanga registró 6.037 denuncias formales por hurtos cometidos contra ciudadanos, en modalidades como asalto a mano armada, ‘raponazo’, entre otros. (Fotos: Archivo / VANGUARDIA)

Cientos de ciudadanos en Bucaramanga ahora ‘lo piensan más de una vez’ antes de sacar y usar su celular en las calles o espacios públicos. Muchos otros se cohíben y no salen de sus viviendas luego de que se oculta el sol.

Para especialistas en análisis del comportamiento y dinámicas de la sociedad, no caben dudas de que los recientes hechos de inseguridad influyeron notablemente en las costumbres y labores cotidianas de los bumangueses.

Vanguardia presenta cuatro casos con personas y familias de la capital santandereana que modificaron sus hábitos y comportamientos a raíz de situaciones repetitivas como atracos y ‘raponazos’.

Y no se trata solamente de percepción, como en algún momento se aseguró por parte de las autoridades locales de gobierno. Las estadísticas demuestran que, en efecto, durante el presente año se incrementó el número de hurtos contra ciudadanos en el área metropolitana de Bucaramanga.

Entre enero y mediados de septiembre pasado la Policía Metropolitana reportó un total de 6.037 denuncias formales por parte de víctimas de robo. En comparación, en el mismo periodo de 2020 se contabilizaron 4.746 eventos de este tipo.

Es decir, en la presente vigencia se evidenció un crecimiento de 27,2% en los casos de hurto contra personas, en todas sus modalidades como ‘raponazo’, asalto a mano armada, ‘cosquilleo’, engaño, entre otras.

“Aumenta el miedo”

Para Libardo León Guarín, profesional en sociología, “históricamente nuestra sociedad se ha desarrollado con miedos, y la dosis de miedo en la población ha aumentado por problemas como el narcotráfico y los robos.

“Este tipo de miedos limita la libertad de las personas, como por ejemplo salir en horarios nocturnos. Anteriormente la oscuridad era un factor de miedo, pero en estos momentos vemos que se cometen asaltos en calles o esquinas con buena iluminación”, agregó este especialista.

Conforme con los resultados de encuestas realizadas por el Programa Bucaramanga Metropolitana Cómo Vamos durante la pandemia, se calcula que en la actualidad alrededor del 55% de la población siente que “la ciudad es insegura”.

Después de las personas y el comercio, el tercer blanco de robos son las residencias, según la Policía Metropolitana.

“Existen afectaciones colaterales a raíz del aumento en la inseguridad. La gente empieza a preocuparse, por ejemplo, por extremar la seguridad de su vivienda. He conocido casos de personas que al momento de descansar hacen todo un proceso en su casa, durante varios minutos, para asegurar chapas, poner trancas, candados y sistemas de alerta improvisados con ollas y objetos que hagan ruido ante un posible contacto; solo así pueden dormir tranquilos”, indicó León Guarín.

Este sociólogo considera que se deben fortalecer acciones en dos aspectos primordiales para devolver la tranquilidad a la población: contrarrestar, neutralizar y disminuir la cantidad de hechos de inseguridad, y trabajar en pro de problemáticas sociales como el desempleo y el acceso a la educación superior.

“Además de atacar los efectos de la delincuencia, también es necesario que las autoridades busquen y trabajen en sus causas, como por ejemplo el desempleo y el consumo de psicoactivos, tampoco se están brindando suficientes ofertas para formación y capacitación de oficios que permitan generar ingresos. Muchos jóvenes se terminan dejando tentar por el dinero fácil, en actividades como el microtráfico”, advirtió el experto.

Cambiaron ciertos hábitos

Sensaciones como el miedo y la angustian afectan a la población bumanguesa en diversas edades, sexo y condición socioeconómica. Los afectados en los casos que presentamos a continuación adoptaron otro comportamiento y asumieron actitudes ‘a la defensiva’ en las calles para prevenir ser blanco o víctimas de la delincuencia. Reservamos sus identidades por solicitud.

1. Frecuentan otros sitios

Milena y Bernardo, quienes viven como pareja en el barrio Antonia Santos, un par de días a la semana solían comer pizza en un establecimiento localizado a pocas cuadras de su vivienda. Pero no volvieron allí ante el temor de un posible asalto masivo.

“Milena ahora prefiere que vayamos a centros comerciales, se siente más segura y yo también me siento más cómodo”, dijo Bernardo.

2. Paseos sin objetos de valor

En Cabecera, Ruth tenía la costumbre de pasear a sus mascotas por lapsos de hasta 30 minutos, y mientras lo hacía usaba su celular para coordinar asuntos del trabajo y comunicarse con familiares.

“Desde hace unos cuatro meses saco a los perros sin llevar el celular, prefiero dejarlo en la casa, y ahora hago recorridos de 15 minutos como máximo. En el parque de Los Leones se han presentado varios robos contra vecinos que pasean a sus mascotas”, aseguró la mujer.

3. Evita recorridos a pie

Desde su casa, localizada en San Francisco, a Karen le toma alrededor de 20 minutos para llegar caminando hasta la universidad en la cual estudia. Pese a la relativa cercanía que existe entre ambos puntos, dependiendo del momento del día, esta joven ahora prefiere movilizarse en un automotor.

“En San Francisco y San Alonso se dispararon los raponazos. Hay muchos robos contra mujeres que van a pie. Si tengo clases muy temprano o salgo tarde prefiero pagar un carro o coger bus. No me han robado, pero sí tengo compañeras que han sufrido robos de camino hacia la universidad”, manifestó la joven.

4. “Papá ya no sale solo”

Antes de la pandemia, todos los meses Nicanor salía de su casa a retirar el dinero de su pensión, hasta que conoció el caso de un amigo que tuvo que someterse a una compleja cirugía debido a fuertes lesiones que sufrió en su cadera y una pierna luego de un atraco del que fue víctima.

“Ya no existe respeto ni siquiera por nuestros adultos mayores. Después de que conocimos como quedó el amigo de mi papá, él ya no sale a hacer los retiros solo. Siempre que sale a la calle procuramos que algún hermano o sobrino lo acompañe en sus diligencias. Los adultos mayores y nosotras las mujeres somos los más vulnerables a los atracos”, señaló una de las hijas de Nicanor.

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Publicado por José Luis Pineda

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