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Bucaramanga
Sábado 14 de diciembre de 2019 - 12:00 PM

Bucaramanga del ayer: Hoy, Los Naranjos

El tiempo es como un río formado por hechos e impulsado por una corriente de recuerdos. Vanguardia, a través de las fotografías del ayer, recorre con esta sección esos torrentes de historias que fluyeron en la otrora capital santandereana. Acompáñenos hoy a un nuevo viaje por este nostálgico túnel

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Esta foto fue tomada en 1982. Estaban a punto de concluir las obras de la primera fase de Los Naranjos.
Esta foto fue tomada en 1982. Estaban a punto de concluir las obras de la primera fase de Los Naranjos.

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Esta foto fue tomada en 1982. Estaban a punto de concluir las obras de la primera fase de Los Naranjos.

Así se promocionaban en Vanguardia, por allá en los años 80, las singulares viviendas que conformarían la urbanización Los Naranjos de la Ciudadela Real de Minas. Parecían casas de pueblos gringos y los pequeños ‘bloques de cemento’ se confundían entre matorrales. La idea era hacer viviendas en serie o casas unifamiliares modernas, adecuadas en una hilera de edificios similares.
Así se promocionaban en Vanguardia, por allá en los años 80, las singulares viviendas que conformarían la urbanización Los Naranjos de la Ciudadela Real de Minas. Parecían casas de pueblos gringos y los pequeños ‘bloques de cemento’ se confundían entre matorrales. La idea era hacer viviendas en serie o casas unifamiliares modernas, adecuadas en una hilera de edificios similares.

Así se promocionaban en Vanguardia, por allá en los años 80, las singulares viviendas que conformarían la urbanización Los Naranjos de la Ciudadela Real de Minas. Parecían casas de pueblos gringos y los pequeños ‘bloques de cemento’ se confundían entre matorrales. La idea era hacer viviendas en serie o casas unifamiliares modernas, adecuadas en una hilera de edificios similares.

El concepto urbanístico que le dio vida a la Urbanización Los Naranjos, en la Ciudadela Real de Minas, era novedoso a comienzos de los años 80.

Se trataba de construir una especie de ‘casa-apartamento’, de tres pisos, en donde se distribuirían de manera armónica la sala, la cocina y las habitaciones, en fin...

La tendencia arquitectónica se conoció con el nombre ‘town house’. En esencia era un modelo habitacional de ‘vivienda en serie’, que fuera todo un éxito en Estados Unidos y en Europa.

En el caso de Los Naranjos, cada predio tendría 6,80 metros de lado y todos ellos se unirían a través de senderos peatonales.

Las viviendas no contaban con antejardines y sólo disponían de un pequeño parque interior con aceras especiales, las cuales darían una trama urbana de una riqueza excepcional.

Se construyeron varias manzanas en serie para darle la sensación a la comunidad de un conjunto moderno, el cual no contaría con muros de encerramiento.

En algunos tramos se hizo la perforación del primer piso, para darles paso a rutas para los transeúntes.

Así se pensó y así se construyó la Urbanización Los Naranjos, que contó con cerca de 360 soluciones habitacionales.

Todas las casas fueron levantadas en un inmenso lote de forma triangular, el mismo que existía en la zona en donde alguna vez funcionara una pista del otrora aeropuerto Gómez Niño.

La Empresa de Desarrollo Urbano de Bucaramanga, EDUB, echó a rodar el proyecto. En 1982 ya existía lo que en su momento se llamó la tercera urbanización de La Ciudadela Real de Minas, después de Macaregua y Plaza Mayor.

Entre los primeros habitantes que llegaron al sector estaban Doña Ángela Jiménez de Ortiz, Doña Martha Aurora Amaya, Don Carlos Salazar Muñoz, Don Salomón Pardo y Don David Rey, por citar solo algunos de ellos.

En los archivos de este diario se lee que cada casa tenía un precio que oscilaba entre un millón 250 mil pesos y un millón 500 mil pesos, dependiendo de la manzana en donde se comprara.

Al principio no existían vías de acceso, porque la Calle 56 ‘moría’ en la urbanización Plaza Mayor. Así las cosas, los alrededores eran casi que ‘potreros’ y para llegar tocaba dar la vuelta por el barrio Colombia o tomar el atajo a la salida al Mutis.

Las casas las entregaron en ‘obra negra’ y las primeras en ser inauguradas fueron las de las diagonales 56 y 58.

La zona de Los Naranjos ya no está rodeada ni de potreros ni de pistas de aviones. A esta urbanización la ‘cercaron’ Los Samanes y otras edificaciones que prácticamente ‘devoraron’ las famosas casas de campo.

En la actualidad el sector es habitado por muchas familias de pensionados, quienes encuentran allí un bonito refugio en medio de las moles de cemento de La Ciudadela.

Según William Duarte, actual presidente de la Junta de Acción Comunal, este es un barrio habitado por gente emprendedora.

Si bien el concepto de ‘town house’ quedó un tanto en el olvido por la multiplicación de edificios en La Ciudadela, Los Naranjos no pierde su estilo clásico del ayer.

Así se promocionaban en Vanguardia, por allá en los años 80, las singulares viviendas que conformarían la urbanización Los Naranjos de la Ciudadela Real de Minas. Parecían casas de pueblos gringos y los pequeños ‘bloques de cemento’ se confundían entre matorrales. La idea era hacer viviendas en serie o casas unifamiliares modernas, adecuadas en una hilera de edificios similares.

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Publicado por Euclides Kilô Ardila

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