martes 01 de mayo de 2012 - 12:00 AM

Buenos trabajadores, frenteros y echaos pa’ lante

¿Cómo somos los santandereanos? Esa fue la pregunta qué Vanguardia Liberal le hizo a 252 personas, a historiadores, sociólogos, empresarios y sicólogos, para tratar de construir lo que según el imaginario colectivo, somos quienes nacimos en este departamento.

Después de haber mostrado al santandereano en su origen, en sus rasgos característicos de temperamento y en su concepción de familia, ahora el turno es para su imagen como trabajador.

De la mano de empresarios de fuera de Santander que han tenido la oportunidad de trabajar junto a santandereanos, o cuyas empresas tienen sede en Bucaramanga, y de la opinión de la gente del común, les presentamos en esta última entrega una mirada de cómo somos los santandereanos en el campo laboral.

Trabajadores y frenteros

Lo primero que quisimos indagar es si existe alguna diferencia entre el trabajador santandereano y el del resto del país. Para Édgar Gómez, gerente de la Unidad Editorial de Legis S.A, compañía bogotana con presencia en Bucaramanga, esta diferencia es clarísima. “Primero por el carácter, que aunque suena como estereotipo en la realidad sí lo es. El santandereano tiene mucho más carácter y son más radicales en su postura. Segundo, son personas que generalmente tienen un fuerte interés por destacarse, porque saben que la competencia es dura en Bogotá. Es un trabajador fuerte que trabaja por destacarse”, afirma.

Así mismo, Gómez cree que el trabajador santandereano es una persona regionalista y bastante apegada a sus raíces. “Tiene un fuerte sentimiento de vínculo regional. Entre sus paisanos desarrollan vínculos fuertes y algunas veces tienen prevención por la gente que no es de su región”.

Este sentimiento de identidad con su región es también percibido por Luis Fernando Rico, gerente General de Isagén S.A. Según él, el santandereano “relaciona el trabajo con sentimientos en los que la tierra y su lugar de procedencia ocupan un lugar importante”.

Para Marie Claude Joachim, vicepresidenta de Gestión Humana y Asuntos de Carrefour, los santandereanos son personas comprometidas con el trabajo, propositivos, emprendedores, creativos y atentos. Y en su parecer, es un trabajador más directo y honesto al decir las cosas. “Esto no representa que sea conflictivo, sino ‘frentero’, pero por las diferencias culturales en los espacios en los que se desenvuelve, puede sonar grosero, pero nunca agresivo”.

En esto coincide Rico, gerente de Isagén, para quien el santandereano tiene una forma de comunicación particular, “utiliza un lenguaje directo, acompañado de gestos y de un tono de voz recio, que a veces da la impresión de estar enojado”. Pero para Rico, además de su hablar fuerte, el trabajador santandereano se caracteriza por aplicar la ley y hacer valer sus derechos. “El santandereano es directo, franco y enfático al decir las cosas, por eso es conocido como gente recia, de mal humor, seca y cortante. Cuando no se le conoce bien, se puede malinterpretar su actitud y comportamiento y confundirlo con conflictivo o agresivo. Pero cuando se le conoce, lo que se ve es una persona que exige sus derechos”.

Aunque estos empresarios no ven al santandereano particularmente conflictivo en su trabajo, de las 252 personas consultadas por Vanguardia Liberal, el 51,6% consideró que sí lo es.

Tercos, pero ¿individualistas?
Otro de los estereotipos que existen alrededor del santandereano es que es individualista y le cuesta asociarse. De hecho, el 53,2% de las personas consultadas cree que son malos para trabajar en equipo.
Carlos Schmidt, vicepresidente de Recursos Humanos de Cemex Colombia, no está de acuerdo con esta apreciación: “Creo que es solo un estereotipo. Lo que ocurre es que si hace parte de un equipo y no está de acuerdo con las decisiones que se toman, lo va a expresar claramente”.

Marie Claude Joachim, de Carrefour, también contradice el estereotipo del santandereano como un individualista. “El santandereano no tiene ningún inconveniente para trabajar en equipo. Por el contrario, su cotidianidad está encaminada en la consecución de objetivos y metas, lo que representa el trabajo colaborativo con sus pares”.

Pero para Édgar Gómez, de Legis “hay ocasiones en que sí se puede generar cierto malestar y que alguien de pronto rechace al santandereano por ser tan directo”.

Según Gómez, el obstáculo del santandereano en el trabajo está en que, por su carácter, tiene posiciones fuertes y es radical, lo que hace que en ciertas ocasiones sea cerrado y tenga prevención con comentarios o sugerencias que se le puedan hacer.

En esto coincide el sociólogo  y profesor de la Universidad Pontificia Bolivariana, Gustavo Gómez: “En este punto sí podemos decir que es un pecado que hemos tenido, nos cuesta en ocasiones dejarnos guiar, dejarnos orientar. Yo creo que nosotros como santandereanos hemos sido tercos, por nuestro temperamento fuerte, y no nos hemos permitido abrir a otras culturas. Hay ocasiones en que por esto nos hemos quedado en grandes negocios.
Por ello, para este profesor, el santandereano termina siendo individualista. “Nos cuesta mucho el trabajo en equipo. Yo hago mi trabajo y no le muestro a usted. Ese es mi estilo. Y cuando yo me cierro, usted también se cierra, entonces nos convertimos en dos islas que no tienen posibilidad de comunicación”.

Un buen aliado
Este carácter fuerte, el ser frentero y la fuerza para trabajar, son características apetecidas por muchos empresarios, que ven en el santandereano un buen aliado. Según Rico, gerente de Isagén, las características sociales y culturales de los santandereanos son oportunidades para cualquier empresa “por su capacidad de trabajo, su conocimiento, su interés en aprender y su disposición para desarrollar las tareas necesarias para sacar adelante la empresa”.

Para Joachim, de Carrefour, es el compromiso y la responsabilidad para asumir el trabajo lo más positivo del empleado santandereano. “Es una persona emprendedora, siempre buscando nuevas formas de superarse. A pesar de su carácter fuerte, tiene muy buenas habilidades a la hora de prestar un buen servicio, tanto para locales como para extranjeros”.

Carlos Schmidt, vicepresidente de Recursos Humanos de Cemex, dice que la capacidad para conseguir los resultados es la fortaleza más grande del santandereano en el trabajo. Tan es así, que según él, el talento santandereano ha sido clave para el crecimiento de esta compañía, “no solo a nivel nacional, sino internacional. Son trabajadores que se caracterizan por una comunicación directa, un alto nivel de compromiso y enfocados en conseguir resultados. Por eso la mayoría de los santandereanos en posiciones destacadas en Cemex se encuentra en áreas de línea, principalmente en operaciones y comercial, y en menor proporción en áreas de apoyo”.

Y para Édgar Gómez, de Legis, el santandereano funciona bien liderando equipos y estableciendo directrices. “Lo pondría en cargos donde tuviera que establecer posiciones de marcaje”.

Sea en cargos de liderazgo, de servicio al cliente, de logística o de apoyo, lo cierto es que adonde vaya un santandereano se reconocerá por su hablar fuerte, por su compromiso con el trabajo y por decir las cosas de frente y directas. Y también, seguramente, porque se sentirá muy orgulloso de que todos sepan que es santandereano. ¡Dígame!

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