Esta es la historia de una iniciativa ciudadana que busca copiar lo ocurrido en Perú, donde una movilización social provocó la renuncia de Pedro Chávarry, fiscal de ese país.
Desde las seis de la tarde de este viernes se presentan movilizaciones ciudadanas en las principales ciudades del país que piden la renuncia de Néstor Humberto Martínez, fiscal general de Colombia. La mayor aglomeración se presenta en Bogotá, justo al frente de la sede de la Fiscalía.
La iniciativa en Colombia nació de un hashtag en Twitter, #Renunciefiscal. Los promotores han esgrimido una aparente falta de transparencia y de garantías de la Fiscalía en lo que tiene ver con el escándalo de Odebrecht, un entramado de corrupción a nivel latinoamericano que en Colombia salpicó la construcción de la Ruta del Sol y a Corficolombiana, empresa del Grupo Aval, grupo económico para quien Néstor Humberto Martínez laboró.
Precisamente se conoció que mientras trabajó para el grupo bancario, el excontroller de la Ruta del Sol, el fallecido Jorge Enrique Pizano, le entregó datos a Martínez de los hechos de corrupción de la Ruta del Sol que se ganó la multinacional brasileña Odebrecht. Al respecto, el Fiscal afirma que comunicó lo que estaba ocurriendo en su momento.
En Colombia existe solo un antecedente de una marcha pidiendo la renuncia de un funcionario de alto nivel. Se trata de las movilizaciones sociales de 1996, lideradas por los estudiantes, que pedían la renuncia del entonces presidente de Colombia, Ernesto Samper, por el llamado Proceso 8.000. En esa ocasión, dichas marchas no lograron su objetivo y Samper solo salió del cargo en 1998 cuando le entregó la batuta del país a Andrés Pastrana.
Los sectores sociales que acompañan las movilizaciones en Colombia confían, sin embargo, en un resultado similar al de Perú, país que en la última semana vivió una crisis institucional a nivel de Fiscalía que obligó la renuncia del líder de esa institución, Pedro Chávarry, funcionario que fue señalado de entorpecer las investigación que allí se llevan a cabo sobre el escándalo Odebrecht, que ya salpican a muchas personalidades políticas del país.
“Como demócrata con una trayectoria impecable en la impartición de justicia, con mis cuarenta años de incuestionable labor (...) he decido por respeto a mi institución, el amor a Dios y a mi familia, dar un paso al costado”, así finaliza la carta con la que Chávarry presentó su renuncia. En Colombia algunos sectores políticos esperan que las movilizaciones de hoy obtengan el mismo resultado.