La Alcaldía informó que se trata de una experiencia piloto, la cual está contemplada en el denominado Plan Maestro de Espacio Público.
Con aerosol y pintura en mano, funcionarios de la Alcaldía empezaron a delimitar las áreas que serán utilizadas por los informales en el marco de un experimento piloto que les permitirá a los vendedores ambulantes ofrecer sus mercancías en el Centro de Bucaramanga.
Y una de las primeras zonas escogidas para tal efecto fue el Paseo del Comercio, entre las carreras 14 y 15, en donde ya se han demarcado varios puestos. (Ver fotos)
Todo hace parte de una estrategia de transición diseñada por el Plan Maestro de Espacio Público, PMEP, en donde se establecen reglas y condiciones para el aprovechamiento económico, comercial y social de las aceras.
Dicho plan es un proyecto liderado por el Gobierno Local, en convenio con la Universidad Pontificia Bolivariana, UPB.
El estudio de la estrategia, que tuvo una inversión de $1.257 millones, se gestó con el propósito de definir una hoja de ruta para la futura organización del espacio público en Bucaramanga.
Como se recordará, hace dos meses el Municipio ya había autorizado los primeros puntos para que, de forma organizada y con la seguridad correspondiente, los comerciantes informales pudieran ofrecer sus productos.
Para ello la Alcaldía los reubicó en el intercambiador de la avenida Quebradaseca con carrera 15, el Parque Centenario y el Parque Antonia Santos.
Se espera que, a más tardar en septiembre próximo, los informales ya puedan ofrecer sus productos en las áreas de la zona Centro, demarcadas por Planeación Municipal, entre las que se encuentra el Paseo del Comercio.
Según Manuel Francisco Azuero Figueroa, asesor de Despacho y jefe del Gabinete de la Administración Municipal, “los puestos de venta estarán regulados y los vendedores deberán cumplir con ciertos requisitos”.
Para tal fin, se definieron tres grandes estrategias asociadas a la ordenación y regulación de vendedores en el espacio público de Bucaramanga.
Los tipos de ventas
Se definirán lineamientos para la ubicación de puestos ambulantes, semiestacionarios y estacionarios, además de un diseño de mobiliario para cada tipo, que los unificará y permitirá ejercer un mayor control sobre dichas ventas.
Los ambulantes son esas personas que tienen o cargan sus implementos y se desplazan por algún sector o toda la ciudad.
Por otro lado, estará el vendedor semiestacionario, que es quien está un momento en un lugar determinado; puede tener su mobiliario, pero lo retira y no tiene ningún tipo de permanencia.
Y finalmente estarán los estacionarios, que son quienes tienen algún lugar específico. Tanto así que el mobiliario en algunos casos no se retira, como por ejemplo las casetas de la 36.
“La solución histórica de la institucionalidad ha sido ofrecer alternativas distintas al espacio público para que las ventas se den (San Bazar o Feghali). El PMEP fija unas reglas y condiciones de ubicación, presentación y compensación, entre otros aspectos, para utilizarlo”, expresó Azuero Figueroa.
De acuerdo con el trabajo articulado que se hizo con la Universidad Pontificia Bolivariana, el PMEP tendrá una vigencia de 19 años.
“Bucaramanga no ignora el fenómeno de la venta urbana, pero sí exige un orden para hacerlo”, dijo el funcionario.
“Quien no cumpla con las condiciones, no podrá seguir vendiendo”, recalcó.
“El Gobierno Municipal de manera masiva capacitará a los vendedores ambulantes de toda la ciudad hacia el PMEP, que le servirá al comerciante informal como una oportunidad de desarrollo y también les servirá a sus clientes”, agregó el funcionario.
Serían escenarios similares a los que hay los domingos en el Parque San Pío o en el Parque de los Niños con el mercadillo campesino.
“Vale decir que el apoyo de la Policía Nacional también será primordial para sacar adelante esta iniciativa”, puntualizó.
En el paseo del comercio, según un acuerdo, está prohibida la presencia de ventas ambulantes
La antigua calle 35, hoy denominada ‘Paseo del Comercio’, fue remodelada a comienzos de los años 90 bajo la administración del entonces alcalde de Bucaramanga, Alberto Montoya Puyana.
Lo que comenzó como un gran proyecto peatonal, se fue convirtiendo en un preocupante problema social por la multiplicación de las ventas ambulantes y por la presencia de mendigos. El olvido de las administraciones de años atrás llevó al deterioro de su estructura y a la pérdida de identidad del lugar.
Hoy, cuando se contempla la posibilidad de permitir la utilización de varias áreas de ese sector para acondicionar allí ventas ambulantes, dentro del programa piloto del Plan Maestro del Espacio Público, muchos elevan sus voces de protesta.
Los comerciantes formales aseguran que, según el acuerdo 046 de 1987, en su artículo 14, Bucaramanga tiene unas áreas vedadas para las ventas ambulantes, y una de ellas es la calle 35.
De acuerdo con dicha reglamentación: “Está prohibida la ubicación de toda clase de venta ambulante en la calle 35, entre carreras 12 y 19”.
Al respecto, Manuel Francisco Azuero Figueroa, asesor de Despacho y jefe del Gabinete de la Alcaldía, aseveró que la estrategia sí está contemplada en nuestro Plan de Ordenamiento Territorial, POT, el cual fue aprobado por la administración anterior.
En ese documento se aclara
lo siguiente:
“Podrá haber un aprovechamiento económico, social y cultural del espacio público y será el Plan Maestro de Espacio Público el que defina las características”.
Según dijo, “los ambulantes son una realidad de la vida urbana. La idea no es perseguirlos y por eso el Plan Maestro los tuvo en cuenta para ordenar el espacio público”.