Publicidad

Bucaramanga
Sábado 30 de marzo de 2019 - 12:00 PM

El calvario tras la publicación de un video sexual

Vanguardia cuenta el caso de Erika, una menor a quien su exnovio de colegio le publicó un video sexual y que no recibió apoyo de la institución. Así, Vanguardia se suma a la campaña hablemosdelasniñas, una iniciativa de Mutante Org que busca diseñar acciones de incidencia y transformación frente a la violencia de género.

Compartir
Imprimir
Comentarios
Tomada de Internet / VANGUARDIA
Tomada de Internet / VANGUARDIA

Compartir

Tomada de Internet / VANGUARDIA

Hace cuatro años, en 2014, Roberto* llegó al colegio de Erika*. Ella cursaba décimo año. Ambos eran menores de edad. Él inició el contacto con ella y, eventualmente, empezaron a salir.

Luego de un tiempo, él le pidió fotos y videos sexuales a Erika. Ella se negó, pero él la presionaba. Para convencerla, él le envió fotos suyas con contenido sexual explícito. Sin embargo, ella seguía sin ceder.

Luego de un par de meses más, él insistió. Le pidió que le enviara, entonces, un video por WhatsApp. Ella se negó otra vez, pero durante días él le aplicó la ley del silencio.

“Cuando se es adolescente, estos mecanismos de presión son muy efectivos, puesto que las emociones y las hormonas no permiten que pensemos con claridad”, explica la psicóloga Carolina Dulcey.

Finalmente, él la convenció. Ella le envió un video sexual.

El calvario

Tras terminar la relación, Erika y Roberto siguieron siendo amigos. Aparentemente. Él comenzó una relación con una de las mejores amigas de Erika.

Con el pasar de los años, se supo que también a su amiga le pidió fotos y videos sexuales, pero hasta entonces, Erika siguió con su vida.

Pero tres meses más tarde, en una red social de preguntas anónimas que los jóvenes visitan para socializar, le preguntaron a Erika si era ella la chica del video sexual que estaba circulando por la red.

Erika se asustó. Confrontó a Roberto. Ella sabía que él era el único que habría podido publicar ese video. Él lo negó, pero en una semana el video ya había sido visto por sus papás, sus compañeros, sus amigos. Incluso desconocidos.

La abogada Liliana Páez explica que “la legislación colombiana atribuye como delitos de pedofilia o sexuales cualquier fotografía o video de un menor de edad que se comparta en la red sin consentimiento del autor inicial”.

Y al ser menores de edad, son los padres y las instituciones educativas quienes deben tomar cartas en el asunto.

Karen Estefanni Pérez, integrante de la línea de género y derecho de la Clínica Jurídica de Derechos Humanos e interés público de la Universidad Autónoma de Bucaramanga, Unab, explica que la ley 1620 de 2013 hace unas recomendaciones muy claras para que los colegios atiendan los casos de bullying y cyberbullying, pero que no están siendo aplicadas por todos los colegios.

Esta ley señala como acoso escolar o bullying la conducta negativa, intencional metódica y sistemática de agresión, intimidación, humillación, ridiculización, difamación, coacción, aislamiento deliberado, amenaza o incitación a la violencia o cualquier forma de maltrato psicológico, verbal, físico o por medios electrónicos contra un niño, niña o adolescente.

Y no es la única directriz que los colegios pueden aplicar.

Lo que dice la ley

Claudia Molina Turriago abogada de la Casa de Atención Integral a Mujeres Víctimas de Violencia en Santander explica que “las niñas y adolescentes tienen derecho a la integridad sexual y psicológica y al respeto de su intimidad. Las instituciones educativas que conozcan casos de violencia contra ellas deben actuar bajo los parámetros del decreto 4798 de 2011, reglamentario de la ley 1257 de 2008, que incluye acciones de denuncia, orientación a los estudiantes y estrategias pedagógicas para prevenir, atender y sancionar la violencia sexual y psicológica”.

Lo que sucedió en su caso, cuenta Erika, fue que los directivos de la institución la culparon. Temían que el nombre del colegio se viera afectado.

La mamá de Erika explica que el colegio no sancionó a Roberto por sus acciones ni protegió a Erika para evitar que durante los meses siguientes fuera víctima de acoso por parte de sus compañeros.

En los descansos, Roberto y sus amigos divulgaban una y otra vez las fotos y videos, no solo de Erika, también de otras niñas, incluida su mejor amiga. Erika no había sido la única víctima.

Erika acababa de cumplir, para ese entonces, quince años.

El dolor que no termina

Contrario a lo que vivió su agresor, a quien nada le ocurrió, Erika vivió, en adelante, un verdadero infierno: lloraba días y noches enteras en su alcoba sin siquiera abrir las cortinas.

Los padres de Erika, quienes la apoyaron en todo momento, iniciaron una acción penal contra Roberto.

Los allegados solían decirles que debían estar tranquilos. Le decían a Erika que en el mundo de hoy “todo pasa”. Pero no fue así.

Dos años después, Erika ingresó a la Universidad y allí continuó su calvario.

“Empece a salir con un chico y decidí contarle lo que me había sucedido. Me dijo que, en efecto, ya conocía el video. Y eso afecta. Aunque él dijera que no”, dice.

Y ese no fue el único incidente: uno de sus compañeros de carrera, que también vio el video, la agredía físicamente en el campus de la universidad: la besaba delante de sus compañeros, introducía su mano debajo de su falda.

“Creía tener el derecho a agredirla porque un video sexual suyo circulaba en la red. Como si hubiera sido su idea que esto pasara, como si la responsabilidad no fuera de su exnovio”, explica la mamá de Erika.

Erika estuvo en tratamiento psicológico durante varios años y hoy se muestra fuerte. Cuenta con el apoyo de sus padres y su mamá es una abanderada hoy de la lucha contra el “grooming”, una práctica de acoso y abuso sexual en contra de niños y jóvenes que, en la mayoría de los casos, sucede a través de las redes sociales.

Y, en el caso de los menores de edad, son los colegios y los padres de familia quienes deben estar atentos para actuar ante estos casos.

Diego Ruiz, director de la Corporación ConPazes Diverso y quien lidera procesos de atención en los colegios en casos de acoso escolar en Bucaramanga, señala que “una de las principales falencias en el tema de bullying y violencia sexual en niños, niñas y adolescentes es la inexistente preparación del cuerpo docente para reaccionar ante este tipo de alertas, sin caer en la revictimizacion”.

Erika y sus padres quisieran que todo esto desapareciera, pero no será así. Confían en que, al menos, se haga justicia y se eduque a los jóvenes para que comprendan que este comportamiento es un delito y a los colegios para que apoyen a las víctimas.

*Nombre cambiado para proteger a la fuente.

Elija a Vanguardia como su fuente de información preferida en Google Noticias aquí y únase a nuestro canal de Whastapp acá.

Publicado por Paola Esteban

Publicidad

Publicidad

Tendencias

Publicidad

Publicidad

Noticias del día

Publicidad