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Bucaramanga
Jueves 12 de abril de 2018 - 12:00 PM

El pacto que hicieron campesinos de Santander para proteger al cóndor

Se estima que en el páramo del Almorzadero, Santander, habita una población de cerca de 15 cóndores. Esta es su historia.

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El pacto que hicieron campesinos de Santander para proteger al cóndor (Foto: Archivo/ VANGUARDIA LIBERAL)
El pacto que hicieron campesinos de Santander para proteger al cóndor (Foto: Archivo/ VANGUARDIA LIBERAL)

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El pacto que hicieron campesinos de Santander para proteger al cóndor (Foto: Archivo/ VANGUARDIA LIBERAL)

Con el apoyo de una fundación privada, campesinos de sectores cercanos al páramo del Almorzadero en Santander aprendieron sobre alternativas diferentes de producción ovina. Con estas estrategias no solo buscan mejorar su producción pecuaria sino que también la protección del cóndor andino presente en esta región del departamento.

El “Programa de conservación del cóndor andino - páramo del Almorzadero, Santander”, que se creó debido a la reducción en el número de estas aves en el territorio nacional, y al aumento de la probabilidad de su extinción, es una iniciativa de la Fundación Neotropical, que busca la protección de esta especie y el ambiente que habita.

Desde 2014, esta organización ambiental, en colaboración de la Corporación Autónoma Regional de Santander, CAS, autoridad ambiental del departamento, inició investigaciones en el sector del páramo del Almorzadero, Santander, con el fin deidentificar y censar la población de cóndores de los Andes presentes en esa provincia santandereana y los problemas que los estarían afectando.

Gracias a dichas investigaciones se logró caracterizar un grupo de cerca de 15 cóndores que habitarían las altas montañas de este páramo en Santander.

“El principal peligro al que se exponen los cóndores estaría relacionado con el accionar de algunos campesinos, quienes los envenenaban como medio de defensa al ataque por depredación oportunista de esta ave sobre el ganado de ovejas”, explicó a Vanguardia.com Francisco Ciri León, biólogo y coordinador general de la Fundación Neotropical.

Por esta razón, dentro de las estrategias de conservación de la especie ‘vultur gryphus’, nombre científico del cóndor, las entidades ambientales decidieron brindar asesoría a las familias campesinas del Cerrito, Santander. Se busca educarlas sobre procesos productivos alternativos y amigables con el medio ambiente, que contribuyan a la protección de la flora y fauna del páramo.

Dicho proceso de asesoría técnica, que inició en el 2016, se hace en compañía del Servicio Nacional de Aprendizaje, Sena, de Málaga, y cuenta con el apoyo del Parque Jaime Duque. El principal objetivo es enseñarle al campesino cómo mejorar la producción de ovejas, evitando que pasen mucho tiempo en el páramo, lo también evitaría los ataques del cóndor.

“Con la capacitación se busca mejorar el peso de los animales con alternativas diferentes de alimentación y de cría, para evitar el daño a la vegetación del páramo. Además, lo que se quiere es proteger los ganados de la acción de los cóndores, para terminar con el conflicto entre hombre y ave”, agregó Ciri León.

El biólogo explicó que el ataque de los cóndores a los animales domésticos se debe a la ausencia carroña, lo que los obligaría a cazar animales de menor tamaño.

El cóndor no es de un ave cazadora, sin embargo ante la falta de animales muertos para su consumo optan por atacar, generalmente a las crías de las ovejas e incluso terneros recién nacidos debido a su debilidad”, explicó el coordinador de la Fundación Neotropical.

Con el objetivo de ofrecer una alternativa de alimento al cóndor, la Fundación Neotropical con ayuda de los campesinos construyeron algunas plataformas elevadas en zonas estratégicas del páramo para la disposición de animales domésticos que mueran de causas diferentes a la de una enfermedad grave, con el fin de que sirvan de fuente de alimento para el cóndor.

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“Se hizo un compromiso entre todos los campesinos del sector para disponer en esas plataformas los animales que se mueran y que les sirva a los cóndores como alimento. La idea es que entre todos les brindemos opciones de comida”, aseguró a Vanguardia.com Doris Torres Ortiz, habitante de la vereda Boyagá, del Cerrito.

Además de la formación técnica de los campesinos, Ciri León aseguró que uno de los pilares fundamentales para la preservación del ave está en la educación desde la infancia. Es por eso que a través de actividades lúdicas y didácticas enseñan a los niños de las escuelas aledañas al páramo sobre el cuidado y la importancia del cóndor en su ecosistema.

Los alcances

Gracias a la intervención que esta fundación realiza con habitantes de sectores aledaños al páramo del Almorzadero, varias familias campesinas han mejorado la producción de ovejas con estrategias que permiten la protección de la vegetación del páramo del Almorzadero, y así mismo del cóndor.

Doris Torres Ortiz asegura que aunque la capacitación aún no termina, ya se empezaron a ver los resultados de las nuevas estrategias de producción ovina.

“Estamos implementando alternativas diferentes de alimentación para reducir el tiempo de pastoreo de las ovejas en el páramo. Con esto hemos reducido el daño a la vegetación. Además, lo más importante es que hemos aprendido que el cóndor no es una amenaza para nosotros”, dijo Torres Ortiz.

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Otro de las ventajas del proyecto, radica el aprovechamiento de la lana de la oveja, que no se usaba porque no cumplía con las condiciones estéticas. “Ahora la lana es mucho más limpia, por tanto la podemos aprovechar en la producción de artesanías”, agregó Doris Ortiz.

De igual manera, gracias a esta iniciativa, el ecoturismo en el sector empieza a crecer, ya que debido a la presencia de los cóndores más turistas se ven atraídos a la región para presenciar su avistamiento en el páramo del Almorzadero.

Una muestra de la promoción turística que este proyecto impulsa en la provincia de García Rovira, fue la realización del “Primer Festival del Cóndor Andino”, que se llevó a cabo en enero de 2017 en Málaga, Santander. Con muestras artísticas y culturales los habitantes de los municipios cercanos al páramo del Almorzadero rindieron un homenaje al ave nacional que habita en sus municipios.

El evento contó con el apoyo de la Alcaldía de Málaga y de algunas instituciones de carácter privado. Sin embargo, en esta oportunidad la falta de apoyo ha impedido la realización nuevamente de festival. “Esperamos poder realizar la segunda versión del festival durante este año. Estamos gestionando el apoyo”, informó Ciri León.

Aunque en la actualidad, los mayores esfuerzos de la Fundación Neotropical por la conservación se centran en la zona aledaña al páramo del Almorzadero, en Santander, Francisco Ciri León asegura que las actividades de capacitación a niños y comunidad en general se ha extendido por diferentes municipios de Boyacá y Cundinamarca en zonas aledañas a la Cordillera Oriental, corredor habitual de los cóndores.

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Publicado por Edward Grimaldos Gómez

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