Aunque por estos días se encuentra en mantenimiento, aún funciona el primer ascensor que tuvo la ciudad. El elevador se instaló en el edificio de Coltabaco, situado en la carrera 19 No. 34-64.
A mediados de la década de los años 40, las construcciones en Bucaramanga no pasaban de dos pisos. No obstante, la capital santandereana estaba creciendo urbanísticamente y era preciso ‘darle altura’ a la ciudad.
En ese orden de ideas había que aprovechar los terrenos, los cuales se estaban valorizando. Por eso se ‘comercializó’ el concepto de los edificios de apartamentos y de oficinas.
Pero solo hasta 1946 se dio al servicio la hoy mítica edificación de la Compañía Colombiana de Tabaco, más conocida como Coltabaco. Tal estructura hoy tiene la siguiente nomenclatura: Carrera 19 No. 34-54.
Se trató de un espacio de 3.000 metros cuadrados y de cinco pisos que, según los historiadores, se convirtió en el primer ‘rascacielos’ de Bucaramanga.
¿A qué viene este bonito recuerdo?
A que dicha edificación también fue la primera que habilitó un elevador manual, algo que era insospechado para los habitantes de esa época.
Un ‘experto’, en ese entonces, definió con sus particulares palabras y en una de las ediciones añejas de este diario, la ‘novedad’ que llegaría con la construcción del citado edificio.
Así se leyó el registro periodístico: “Bucaramanga tendrá una forma de comunicarse entre ‘piso y piso’ o ‘grada y grada’. Será una cabina que se desplazará a través de un hueco vertical, diseñada para movilizar a la gente y los equipajes entre los pisos del Coltabaco”.
El país ya había conocido el primer ascensor. Era uno que fue instalado en Bogotá en 1921 por Manuel M. Peraza, justo cuando él inauguró el edificio que llevaría su nombre en el costado sur de la calle 13, al frente de la estación de La Sabana de la Capital de la República. Ese lugar fue un exclusivo sitio de hospedaje.
Pero en Bucaramanga el tema era novedad.
¡Pues bien! A un costado del Parque Santander, los bumangueses vivieron el ‘sube y baja’ de nuestro invitado de hoy en la sección del recuerdo: el ascensor.
El aparato incluso hoy tiene un aspecto sofisticado y clásico. Su puerta es dorada y mantiene unos acabados que envidiarían las más modernas edificaciones.
Tal y como fuera diseñado el trasatlántico más famoso de toda la historia, el Titanic, al lado de la escalera y de la entrada del ‘nuevo’ edificio de Bucaramanga se adecuó el ascensor. Inicialmente era para uso exclusivo de los directivos de la compañía; los empleados debían utilizar las gradas.
Después su uso fue general. Y de esta forma, nació un antiguo oficio: el del ascensorista
A decir verdad esa fue alguna vez una popular y necesaria profesión, que terminó siendo casi borrada por el ‘botón automático’ y por los modernos elevadores de nuestros tiempos.
Son pocas las personas que aún eligen este empleo para ‘ganarse la vida’. Y curiosamente los dos que hoy viven de este oficio trabajan en el elevador de Coltabaco. Se trata de Carlos Benavides y Édgar Duarte, quienes trabajan en dos turnos: de 6:00 a.m. a 2:00 p.m. y de 2:00 p.m. 10:00 p.m.
Para Édgar Duarte, estar dentro del ascensor se ha vuelto parte de su rutina y es algo que él mismo considera como “mágico”.
Según expresa, “no todos se pueden dar el lujo de timonear un histórico de la ciudad”.
Vanguardia Liberal estuvo ayer en el elevador y pudo comprobar que está intacto, tal y cual como se diseñara en 1946.
Hay que aclarar, eso sí, que por estos días se le hace algunos trabajos de mantenimiento. Pero, 72 años después de su construcción, este elevador es un testigo mudo que nos evoca la época en la que Bucaramanga comenzó a crecer.
PRIMER ASCENSOR EN EL MUNDO: En los almacenes E.V. Haughwout & Company de Nueva York, en Brodway, se inauguró el primer ascensor del mundo de tracción mecánica.
EL PRIMER ELEVADOR DE COLOMBIA: se habilitó en 1921. Estaba en un edificio que existía en el costado sur de la calle 13, al frente de la estación de La Sabana.
EL PRIMERO DE BUCARAMANGA: Este es el elevador actual del edificio de Coltabaco. Es el mismo que se entregó a la comunidad en 1946, justo cuando se inauguró esta edificación.