Con profundo pesar registramos el fallecimiento de Gustavo Ardila Duarte, destacado jurista santandereano, que ocupó muy altas dignidades a nivel nacional y quien se destacaba como un profesor de renombre en la ciencia del Derecho.
Gustavo Ardila se había graduado como abogado en la universidad Externado de Colombia, y después trasladó su residencia a Italia, en donde adelantó estudios en derecho Penal en la Universidad de Roma, a la cual estuvo vinculado en varias actividades académicas.
Posteriormente fijó su domicilio en Bogotá, y allí tuvo su oficina profesional, en donde tuvo una actuación muy importante ante las audiencias publicas, pues estaba dotado de una extraordinaria capacidad oratoria, que sabía matizar con un agudo sentido del humor.
Fue profesor en varias universidades como la Santo Tomás, la Libre y la Universidad Autónoma de Bucaramanga, en donde además pertenecía a la Sala de Corporados.
Su cátedra tuvo una enorme audiencia, no solo por los conocimientos que impartía, sino porque tenía el don nato del maestro. En la Unab se le recuerda, porque su clase iba más allá del aula, y una vez terminaba su horario, los alumnos lo seguían por los pasillos y senderos de la universidad, en donde él continuaba su labor de enseñanza, en medio de anécdotas y apuntes que causaban admiración.
Dentro de las destacadas posiciones que llegó a ocupar, estaban las de Procurador Delegado ante la Corte Suprema de Justicia, Viceministro de Justicia y por último Registrador Nacional del Estado Civil, en donde adelantó admirable gestión. Impulsó su biblioteca, que precisamente, hoy lleva su nombre.
Gustavo era hijo de Efraín Ardila Serrano y de Cristina Duarte Rueda de Ardila, familia de la cual se destacan importantes profesionales vinculados al Derecho, a la academia y a la empresa.
