Antes de las 8:00 se ve gente afanada intentando llegar a sus hogares. Muy pocas personas comparado con una noche antes del Covid en La bonita.
Cuando el reloj marca las 8:00 de la noche en Bucaramanga, la poca gente que está en las calles, comienza a buscar su ‘refugio’, las manecillas anuncian que inicia el toque de queda y estar afuera puede significar una sanción.
Esa es la rutina desde hace ya varias semanas. Antes de las 8:00 se ve gente afanada intentando llegar a sus hogares. Muy pocas personas comparado con una noche antes del Covid en ‘La bonita’.
Cuando empieza a oscurecer, una que otra persona aprovecha para hacer su rutina de ejercicios en espacios públicos, sin duda un respiro al cuerpo y al alma en esta crisis.
Quizá donde el movimiento es mayor a esas horas, es en las estaciones de Metrolínea con un vaivén de personas intentado llegar a sus hogares.
Pocos carros, poca gente y mucha, pero mucha soledad.