Publicidad

Bucaramanga
Martes 27 de noviembre de 2018 - 12:00 PM

Los paraísos del área metropolitana de Bucaramanga

Miradores, cascadas y lagunas son algunas de las maravillas naturales que tiene para ofrecer el área metropolitana de Bucaramanga, a propios y visitantes. Conozca estos destinos turísticos, ubicados a pocos kilómetros de las edificaciones de cemento.

Compartir
Imprimir
Comentarios
Los ‘paraísos’ del área metropolitana de Bucaramanga (Foto: Archivo /VANGUARDIA LIBERAL)
Los ‘paraísos’ del área metropolitana de Bucaramanga (Foto: Archivo /VANGUARDIA LIBERAL)

Compartir

Los ‘paraísos’ del área metropolitana de Bucaramanga (Foto: Archivo /VANGUARDIA LIBERAL)

Cuando se piensa en el área metropolitana, se evocan edificaciones y estructuras de concreto. Sin duda, las ciudades han crecido de forma vertiginosa y las zonas boscosas quedan cada vez más apartadas.

Sin embargo, Bucaramanga, Floridablanca, Girón y Piedecuesta también conservan pequeños ‘paraísos’ naturales. Senderos, bosques, cascadas, miradores y lagunas hacen parte de los paisajes encantadores que usted podrá encontrar a corta distancia de los cascos urbanos.

Vanguardia Liberal le presenta algunos de estos destinos ecoturísticos en los cuatro municipios, las rutas y las recomendaciones para visitarlos, por si decide ir con familiares y amigos. La experiencia será inolvidable.

Piedecuesta: El encanto del Salto del Duende

Juan Manuel Morales

periodistapie@vanguardia.com

Piedecuesta es famoso por contar con amplias zonas boscosas alimentadas por tres importantes ríos: Hato, Oro y Manco. Por esta razón esta localidad es uno de los sitios preferidos por los turistas amantes de la naturaleza.

Uno de los lugares más visitados es el ‘Salto del Duende’, localizado en la vereda Mesa de Jéridas, a 10 kilómetros del peaje de la Mesa de Los Santos.

La mejor temporada para visitar el ‘Salto del Duende’ es durante la época de lluvias, porque el río lleva más agua y las cascadas se ven aún más impresionantes.

De hecho, este mes, tras varios años de sequía, reaparecieron estas imponentes cascadas. El atractivo natural del Salto del Duende se adornó con dos caídas de agua, luego de un largo tiempo de inactividad por efectos de la sequía.

Otro de los atractivos del lugar es la espectacular vista panorámica que permite disfrutar de la inmensidad del Cañón del Chicamocha.

Dentro del recorrido los visitantes podrán disfrutar del paisaje y una cascaca de 100 metros de altura envuelta por montañas que invitan a la reflexión y meditación.

Floridablanca: El embrujo de la cascada La Judía


Ingrid P. Albis

ialbis@vanguardia.com

La riqueza natural de Floridablanca ha propiciado varios espacios para que más allá de concentrarse en ir a visitar un lugar, las personas se animen a realizar caminatas ecológicas.

La cascada La Judía es justo uno de esos sitios obligados por locales y visitantes. Es una parada fija antes de llegar al Parque Natural Regional Cerro La Judía o cuando se va hacia la cascada Los Venados, que está a unos cuatro kilómetros y medio.

Para encontrarse con estas aguas hay que llegar a la terminal de buses de Limoncito, se toma la vía pavimentada y tras recorrer cerca de tres y medio kilómetros, se gira a la derecha, camino a la vereda La Judía.

En el sector hay unos pozos, pero en los últimos años, autoridades municipales han adoptado medidas de restricción para los bañistas, especialmente en temporada de lluvias, debido a los infortunados casos de ahogamiento que se han atendido.

La mayor atracción, pero la más riesgosa, es tirarse al pozo desde la cascada que tiene cerca de 10 metros de altura.

Otro lugar que puede incluirse en este listado es la Ecoposada Montefiore, ubicada en el kilómetro ocho de la vereda Alsacia. Muchos lo consideran como un santuario natural, es un proyecto ecoturístico digno de admirar, circundado por un sendero que lleva hasta la ribera de la quebrada La Aurora.

“En Montefiore tenemos las cascadas de ‘Las Gracias’, donde hay muchos ‘rápidos’ porque es una zona de alta pendiente, de piedra rocosa. Producen sosiego, paz y hacen que la persona sienta serenidad. Están a unos 300 metros de la edificación”, precisó Álvaro Niño, fundador del programa de Ecoposada Montefiore, quien reconoció que durante los fines de semana, estas cascadas pueden recibir más de 400 personas.

Girón: Imponente Mirador


Brayner García

periodistagir@vanguardia.com

Además de sus calles empedradas, casas blancas que evocan la época de la colonia, Girón tiene paisajes naturales que podrían convertirse en atractivos turísticos.

En la vereda Altamira, los campesinos del sector tienen un mirador natural que les permite apreciar una espectacular visión del embalse de Topocoro.

La vista del lugar es tan especial, que Eliberto García Torres, líder comunal y cafetero, indica que hay potencial para atraer a turistas que les gustan los planes naturales.

El sitio es conocido por ser la cola o último tramo del Cañón del Chicamocha, una de las zonas con altas montañas y espesa vegetación. Para llegar al mirador natural, los ciudadanos deben iniciar su recorrido en el parque principal, subir al Monumento del Sagrado Corazón recorrer hacia la vereda Angulo y finalmente llegar a Altamira.

El recorrido dura aproximadamente 50 minutos. En el sitio se aprecia una panorámica de 180 grados el embalse Topocoro, además de partes de Lebrija, Zapatoca y San Vicente del Chucurí.

Bucaramanga: A pocos kilómetros de la 'laguna encantada'


Katherine Espinosa

hespinosa@vanguardia.com

Aunque se destaca por su gran desarrollo de edificaciones, Bucaramanga ofrece a sus habitantes un bosque que conduce a un ‘paraíso’ escondido. Se trata de la ‘laguna encantada’, ubicada en los cerros orientales. Para llegar a esta belleza natural, se toma la vía hacia Pan de Azúcar, allí se cruza el puente sobre la quebrada El Jardín y se camina por un sendero que lleva al bosque. A medida que se asciende, se puede disfrutar del clima fresco y la vista de la ciudad. A hora y media de distancia, se encuentra este lugar, rodeado de las ruinas de hornos de fabricación de ladrillos. Otra alternativa para llegar, es por el antiguo restaurante Corcovado, en el kilómetro 4 de la vía a Cúcuta. “Esta laguna hace parte de los predios donde antiguamente se producían los ladrillos. Con la excavación, se formó la laguna”, relató Carlos Gómez, integrante del grupo Caminos Reales. El paisaje y la corta distancia con el perímetro de cemento de la ciudad, hacen de este escenario, un destino ideal para escapar de la rutina diaria.

Elija a Vanguardia como su fuente de información preferida en Google Noticias aquí y únase a nuestro canal de Whastapp acá.

Publicado por Redacción Área Metro

Publicidad

Publicidad

Tendencias

Publicidad

Publicidad

Noticias del día

Publicidad