A pesar de que la Gobernación de Santander ha dado unas explicaciones respecto de la demora que ha habido en el departamento...
Malos indicadores de calidad del aire en la ciudad reaparecen
- El máximo permitido de concentración de material particulado PM 2,5, por normativas nacionales, es 37 microgramos por metro cúbico para un tiempo de exposición de 24 horas. El alcanzado hasta el momento es 20 microgramos por metro cúbico. (Foto: Archivo / VANGUARDIA)
De nuevo, las condiciones del aire que se respira en Bucaramanga y Girón empiezan a preocupar. Durante los primeros 10 días de diciembre, según los monitoreos que se adelantan diariamente, por medio del Sistema de Vigilancia de Calidad del Aire, del Área Metropolitana de Bucaramanga, las concentraciones de material particulado PM 2,5 empezaron a incrementarse de manera considerable.
Es decir, de las cuatro estaciones que se tienen activas en estos dos municipios, solo una continuó arrojando los mejores indicadores.
El reporte oficial de la entidad permite determinar que la calidad del aire pasó de rango bueno a moderado. Sin embargo, son datos que pese a que no se traducen aún en algún tipo de riesgo para la salud de la población y son mediciones que se mantienen dentro de los estándares permisibles, según lo establecido en la Resolución 2254 de 2017, expedida por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, se debe estar atento al comportamiento para tomar medidas preventivas.
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Oscar Rojas Figueredo, coordinador de Calidad del Aire del AMB, explicó que, en efecto, “hay elevaciones en las concentraciones porque las lluvias han disminuido y en diciembre ya se empieza a visualizar lo que va a suceder el próximo año, desde enero, que es el aumento de concentraciones y el episodio crítico”.
Según el funcionario, lo que llamó la atención en este último informe emitido es que el 7 y 8 de diciembre la cantidad de partículas menores o iguales a 2,5 micras se elevaron. “Esto en razón a la quema de pólvora que se utilizó en el área metropolitana por las festividades”.
El episodio crítico al que se refiere Rojas Figueredo es el que se vivió justo en el primer trimestre de este año, antes de que se decretara la emergencia por COVID-19. Bucaramanga llegó a su peor pronóstico, donde los expertos ni siquiera veían viable que la población utilizara la bicicleta, debido a que el aire estaba tan contaminado que no era posible realizar actividades al aire libre.