La Superintendencia de Industria y Comercio otorgó una nueva patente de invención a la Universidad Autónoma de Bucaramanga, Unab. Se trata de un Entrenador de Marcha, máquina enfocada a la rehabilitación de pacientes con diagnósticos de hemiplejia.
Germán Andrés Ovalle Silva, ingeniero Mecatrónico de la Universidad Autónoma de Bucaramanga, Unab y Johann Barragán Gómez, docente del mismo programa académico, son los artífices de la invención que le entregó a la Institución de Educación Superior su tercera patente.
Hace aproximadamente cinco años, el estudiante, hoy profesional e inventor, tuvo la idea de desarrollar en una de sus clases un mecanismo que controlara la posición de unos eslabones, proyecto que en ese momento, según Germán Andrés, sus docentes lo veían como "dos palitos".
Con el paso de los semestres su creación se fue puliendo y fue gracias al apoyo del docente Johann Barragán Gómez, que se convirtió en su proyecto de grado, que luego de meses de trabajo se convirtió en una máquina de rehabilitación para miembros inferiores, dispositivo que ha sido patentado por la Superintendencia de Industria y Comercio.
“Esta es una máquina de rehabilitación para miembros inferiores. En este caso ha sido enfocada para personas con patología de hemiplejia, que es la parálisis de la mitad del cuerpo debido a un accidente cerebrovascular. La máquina está diseñada para aquellos pacientes que se encuentran en sus fases de rehabilitación, en donde deben realizar patrones de marcha para volver a aprender a caminar, que es posible gracias a este sistema que hemos construido”, explica Ovalle.
Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane, de cada 100 colombianos el 29 % tiene limitaciones físicas. En Bucaramanga 2.927 personas viven con esa condición.
De acuerdo con el profesor Barragán, el usuario se acopla a la máquina, que le ayuda a generar trayectorias de marcha, ejercicios que son de vital importancia en pacientes en rehabilitación o en personas con limitaciones de movilidad permanentes, pues la falta de movimiento genera una serie de complicaciones adicionales a su estado de salud, por ejemplo problemas vasculares u osteoporosis.
“El dispositivo tiene tres motores con tres grados de libertad, la idea es que se controle automáticamente”, asegura.
El prototipo patentado tiene un costo aproximado de $12 millones. Sin embargo, sobre ese mismo se continuará perfeccionando el diseño para producir uno que esté listo para hacer transferencias comerciales.
“Este es un pequeño paso para lo que queremos, que es lograr que la máquina llegue a muchas personas o clínicas que no tienen forma de conseguirla, ya que en la actualidad son muy costosas. Nuestra idea es lograr hacer un trabajo a bajo costo y a un precio cómodo. La idea es ir haciendo avances conforme van saliendo cosas nuevas”, añade Ovalle.
Hoy, el dispositivo tiene un Nivel de Madurez Tecnológica (TLR) de 5 a 6. “Esto significa que se cuenta con el prototipo construido pero falta hacer unos ajustes propios en el controlador para que esté en buena marcha. Hay que hacer también unos ensayos con usuarios y con pacientes propiamente”, explica el docente.
Con un TLR en 9 podrían empezar la comercialización a centros de rehabilitación, clínicas y hospitales, proceso que esperan que suceda en aproximadamente un año.
