Meseros de Bucaramanga se capacitaron para atender ‘atoramientos’
A todos en algún momento de seguro nos ha pasado que nos atragantamos con un trozo de comida o algún objeto extraño, se siente una gran dificultad para respirar y en el mayor de los casos, puede resultar ser un gran susto.
Aunque puede parecer poco frecuente, según comentó el anestesiólogo Victor Lucigniani, “de acuerdo con los reportes epidemiológicos, al año, en Colombia, unas 1000 personas pueden llegar a fallecer si no se reaniman oportuna y eficazmente”.
“El atragantamiento se conoce como una obstrucción de la vía respiratoria. Si el oxígeno no llega hasta nuestro cerebro durante más de cuatro minutos, puede ocasionar un daño cerebral, incluso la muerte” explicó el anestesiólogo.
Con el propósito de ofrecer una extensión a la comunidad, la Sociedad Colombiana de Anestesiología y Reanimación, en apoyo con la Secretaría de Educación de Bucaramanga y la Asociación Colombiana de la Industrial Gastronómica (Acodres), se dirigió este taller en la Universidad Autónoma de Bucaramanga.
“En la capacitación se enseñaron entre otras, la ‘Maniobra de Heimlich’, técnica efectiva para salvar vidas en casos de asfixia por atoramiento, que consiste en una comprensión abdominal para desobstruir el conducto respiratorio, normalmente bloqueado por un trozo de alimento o cualquier otro objeto”, sostuvo el doctor Jorge Alvarado, presidente de la Sociedad Santandereana de Anestesiología.
De acuerdo con lo explicado por el doctor, esta es una maniobra vital que debe ser realizada inmediatamente se presenta la urgencia. No hay que esperar una ambulancia o ayuda médica, sino asistir lo más pronto posible a la persona.
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Pero antes de proceder a realizarla se debe haber animado a la persona a toser para expulsar por sí misma el objeto. “En esta jornada se enfatizó en las acciones claves para realizar la reanimación básica a pacientes adultos y pacientes pediátricos, reconocer los signos para poder identificar, según el tipo de obstrucción, cómo proceder correctamente” agregó el doctor Alvarado.
“En todo caso siempre es necesario tener la capacidad de controlar la calma en medio de la urgencia, asistir a la persona y animarla a toser por sí misma para que expulse el objeto. Si se complica la situación, se usa la técnica de Heimlich, y en el mayor de los casos se llama a urgencias”, enfatizó el anestesiologo Victor Lucigniani.
Todas estas instrucciones fueron dadas por médicos residentes de anestesiología de la Universidad Industrial de Santander y de la Universidad Autónoma de Bucaramanga, quienes de manera dinámica y concreta transmitieron el conocimiento al público asistente.
Por otro lado, Luz Maria Buitrago, subdirectora de la Sociedad Colombiana de Anestesiología y Reanimación, comentó que con motivo de este Congreso que se realiza cada dos años en diferentes ciudades, para capacitar a anestesiológos de todo el país, se aprovecha para organizar este tipo de capacitaciones para entregar algo en beneficio de la comunidad.
“Esta capacitación ya se ha realizado en ciudades como Barranquilla, Cali y Cartagenta. Tanto la receptividad como el impacto han sido positivos, ya sabemos de experiencias previas de personas que recibieron el taller y han puesto en práctica lo aprendido, lo cual ha sido gratamente satisfactorio para nosotros, porque con esto se pueden salvar vidas”.
Los 60 meseros que asistieron a la jornada recibieron un certificado para practicar estas acciones de salvamiento en caso de emergencia. También quedaron aptos para ser replicadores de los conocimientos aprendidos.