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Bucaramanga
Viernes 17 de agosto de 2018 - 12:00 PM

Santander desde el aire: maravilloso e imponente

A bordo de un Bell 206 Longe Ranger el Cañón del Chicamocha es otra cosa. Desde el helicóptero, el segundo cañón más grande del mundo, con más de 108.000 hectáreas y 2.000 metros de profundidad, se ve más grande e imponente que por carretera.

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A bordo de un Bell 206 Longe Ranger el Cañón del Chicamocha es otra cosa. (Foto: Daniela Puentes/ VANGUARDIA LIBERAL)
A bordo de un Bell 206 Longe Ranger el Cañón del Chicamocha es otra cosa. (Foto: Daniela Puentes/ VANGUARDIA LIBERAL)

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A bordo de un Bell 206 Longe Ranger el Cañón del Chicamocha es otra cosa. (Foto: Daniela Puentes/ VANGUARDIA LIBERAL)

La sensación, después de cruzar toda la meseta de La Mesa de los Santos, es sobrecogedora. Es como entrar en una especie de caverna inmensa, formada por montañas, depresiones y curvas seductoras atravesadas por el río Chicamocha, que desde esa altura y en medio de las elevaciones se ve como un hilo de oro serpenteando el Cañón.

En vehículo terrestre, aunque el trayecto es de apenas 50 minutos desde Bucaramanga y los miradores empiezan a aparecer desde Pescadero, la experiencia no se compara. El Bell 206 hace que la frase “uno se siente pequeño frente a la inmensidad del Cañón” se convierta en “somos diminutos en medio de la inmensidad del Cañón”.

Desde el asiento de adelante, justo al lado del piloto, pasar la meseta y adentrarse en ese accidente geográfico es pasar de los nervios por la altura a la fascinación y el orgullo de contar con un espectáculo de la naturaleza como este. Hace 46 millones de años, esa región era un inmenso lago que permitió la formación de misteriosas cavernas y albergó animales marinos de los que aún se hallan restos.

En la actualidad habitan iguanas, armadillos, tinajos, zarigüeyas, tigrillos, osos hormigueros, perdices, pájaros carpinteros y monos aulladores. Además, ecosistemas y especies de flora únicas en el país como la ceiba barrigona, el árbol insignia de Santander, exclusivo del Cañón del Chicamocha y un valiente exponente de esa tierra áspera y árida; la palmera, el cacao indio y el castañete.

El reconocimiento, la apropiación y la fortuna de contar no solo con el Cañón, sino con múltiples paisajes, pueblos cargados de historia y lugares que son patrimonio natural, biológico y cultural de Santander, fue lo que motivó a tres empresarios santandereanos a crear Trair Colombia y ofrecer a turistas y propios la oportunidad de conocer el departamento y el país desde donde más imponente se ven: el cielo.

Una experiencia de altura

El punto de partida es el helipuerto del Hotel Punta Diamante. Después de las verificaciones de rutina como el peso de los pasajeros, bolsos y todo lo que vaya a bordo, y los controles técnicos, empieza el recorrido.

A 7 kilómetros de Bucaramanga, por el sur, se encuentra la Mesa de Ruitoque. Allí empieza el sobrevuelo y con él la oportunidad de apreciar poco a poco y sin prisa los colores de la meseta, la naturaleza, los cultivos y las casas de descanso.

Desde el cielo de Ruitoque se ve a la izquierda el municipio de Piedecuesta, el cual, a más de mil metros de altura, deja en evidencia su crecimiento tanto en industria como en construcción.

Se ve la planta de Hipinto, la bebida gaseosa que representa la cultura santandereana, ubicada en ese municipio. Después de pasar la meseta de Ruitoque, al frente aparece, rodeada de árboles, la Mesa de los Santos, la otra meseta famosa por tener los mejores cultivos de café orgánico, reconocido a nivel internacional.

Sobrevolar La Mesa es observar fincas, cultivos de café tipo exportación y también una industria avícola que junto a los municipios de Lebrija y Rionegro, produce más de 2 mil millones de huevos anualmente, lo que significa más o menos 7 millones diarios, 116 mil en un minuto y casi dos mil cada segundo.

Después de pasar por el Club Náutico Acuarela, que desde arriba se ve el doble de grande y permite contemplar la belleza de su lago, se acaba la meseta y empieza el Cañón.

Al mirar a la izquierda aparece el Parque Nacional del Chicamocha y justo en frente el inicio de ese accidente de la naturaleza que terminó por convertirse en una maravilla natural.

A las 10 menos 15 minutos el sol apenas empieza a salir con fuerza. Las montañas que rodean el río Chicamocha, esa corriente de agua que nace en las estribaciones de la Sierra Nevada del Cocuy y se une al río Suárez para formar finalmente el río Sogamoso, empiezan a iluminarse y a mostrar sus verdaderos colores.

Amarillo quemado, sinónimo de tierra dura de labrar; y varias tonalidades de verde, que representan un patrimonio natural tan impresionante como frágil. Ahí, en medio de ese regalo de la naturaleza, parece que el tiempo se detuviera y entonces es fácil entender por qué Santander es tierra de cuidar, proteger, cultivar, pero también de mostrar.

Un espectáculo como ver desde aire el Cañón, Barichara, Zapatoca, Hidrosogamoso y más, es lo que el mundo entero necesita vivir para entender que Colombia y las regiones son mucho más de lo que se ve en las fotos.

Trair Colombia

Bajo la idea de convertirse en la primera empresa colombiana de turismo de experiencias, nació Trair Colombia.

Tres empresarios santandereanos en busca de ofrecer turismo en el país de manera innovadora, le apostaron a brindar tanto a colombianos como a turistas de diversos lugares del mundo la oportunidad de volar por Colombia y vivir más de cerca y de una forma diferente la majestuosidad del Cañón del Chicamocha, la arquitectura de Barichara, el Embalse de Topocoro en Hidrosogamoso y la belleza de la histórica Cartagena de Indias.

Actualmente, la empresa tiene ocho experiencias de vuelo en Santander.

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Publicado por Texto: Irina Yusseff Mujica Video: Daniela Puentes Rueda

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