Actuar con mesura no significa, necesariamente, que el ritmo sea lento o que el tiempo empiece a malgastarse, por el contrario, es avanzar a paso seguro pero corrigiendo los errores que hasta hoy se han cometido.
Bucaramanga
Tema espiritual del día: ¡Siempre hay una ventana por donde entra la claridad!
Es probable que en su vida se encuentre con alguna situación insospechada y difícil que le haga desvanecer el ánimo. Cuando eso le ocurre, es relativamente ‘normal’ que se sienta desesperanzado; es más, es probable que se cuestione una y otra vez el por qué le toca enfrentar ese duro momento.
Aunque no lo crea, usted tiene el coraje y la fuerza necesaria para superar cualquier obstáculo que se le presente.
Así las cosas, debe procurar entender esa circunstancia por la que esté pasando para tratar de retomar el control de su vida. Si lo hace, tendrá una perspectiva más alentadora.
Ha de saber que, en medio de la oscuridad, también existe la luz de la aceptación. Aceptar la realidad que enfrenta, más allá de lo complicada que ella sea, es un acto de valentía, de resiliencia e incluso de sabiduría espiritual.
Enfrentar ese miedo es la única forma de superarlo. Permítase sentir temor, pero también dese la oportunidad de enfrentarlo.
Siempre podrá recurrir a esa fuerza que yace en el fondo de su alma, la cual le ayudará a resistir los condicionantes negativos del entorno y echar la vista hacia adelante con optimismo.
Si niega o se queda maldiciendo por lo que está afrontando prolonga su sufrimiento y se queda embotellado en las esferas del aburrimiento y de la desolación.
Le aclaro, eso sí, que aceptar no es resignarse, sino reconocer que sólo cuando sea más propositivo con la realidad y la vea tal cual ella es, encontrará los mecanismos para transformarla y crecer.

Lo que aquí le planteo no es otra cosa que recurrir a esa ‘energía’ que lo impulse a salir de esa situación adversa.
Claro está qué, para lograr ese grado de madurez, deberá confiar en usted mismo y en sus capacidades. Si está permanentemente atento a las circunstancias, el manejo de sus cosas se hará cada vez más nítido y descubrirá cómo colocar cada pieza en la posición correcta dentro del cuadro general de su realidad.
Es más, casi sin notarlo, al enfrentar la crisis, aprenderá. No en vano, los grandes triunfadores de hoy en algún momento de sus vidas se vieron presos de problemas a los que tuvieron que hacerles frente.
Insisto en que esta no es una oda a la resignación, sino un llamado al tesón y al decoro para asumir los retos de la vida con la mayor altura posible. Siempre se dice que el fracaso es una buena escuela, pero hacer las cosas bien también lo es.
Finalmente quiero decirle que en todo esto no estará solo. Si tiene fe, Dios irá a su lado para apoyarlo en cada paso del camino y siempre estará dispuesto a iluminarle el camino para que pueda encontrarle una salida a su difícil situación.
CORTAS REFLEXIONES
Hay una frase que reza así: “Su mamá se lo advierte y el tiempo se lo confirma”. ¡Sí... la intuición de las madres es poderosa! Ellas tienen corazonadas sobre lo que les podría pasar a sus hijos y, sin una explicación lógica, siempre tienen razón. ¡Así que si su mamá le dice algo, préstele la debida atención!

Las rutinas nos consumen tanto, el trabajo nos tiene tan atosigados, los compromisos nos embadurnan demasiado y, en general, nuestra tranquilidad está tan expuesta y vulnerada que, en ocasiones, no nos damos cuenta de que salir y llegar bien a casa es una bendición que deberíamos valorar.

No malgaste energía dándole vueltas al pasado. Si se obsesiona con los “y si hubiera” y “podría haber sido”, lo único que conseguirá es angustiarse al pensar en por qué o cómo llega a su vida una prueba. Convierta las situaciones difíciles en enseñanzas, las cuales le darán más experiencia.
LA PREGUNTA DE HOY

Testimonio: “Hay una verdad que le he venido ocultado a alguien y que no me permite estar tranquilo en mi entorno cotidiano. A veces siento temor de que en cualquier momento se entere por boca de otra persona y no me llegue a perdonar. Temo causarle una herida. ¿Qué me aconseja? Gracias por atender mi caso”.
Respuesta: Si deja de decir la verdad, deja de mantener una comunicación eficaz y auténtica con esa persona; sin contar que esconde información que él o ella merecen saber.
Ojo: el silencio podría acabar teniendo unas consecuencias que deterioraría su relación. ¡Reflexione sobre ello!
Además, si esa verdad tiene que ver con cosas concretas y con hechos claves, aún siendo dura y árida, le corresponde confesarse.
Debo decirle, eso sí, que no estaría de más una gota de prudencia. Y se lo digo porque la impulsividad puede convertirse en su mayor enemiga y también puede hacer daño.
¿Qué quiero decirle? Que la verdad se puede citar en cualquier lugar y en cualquier momento, pero hay que saber hacerlo; es decir, con el suficiente tacto.
Estoy seguro que cuando la persona sepa la verdad, más allá de cómo pueda llegar a sentirse, al final le agradecerá su sinceridad y también verá en usted a una persona respetable y sincera, la tendrá como alguien en el que podrá confiar, sin contar que usted evitará el temor de ser descubierto.
¿Sabe algo? Por muy duro que sea lo que la otra persona tenga que escuchar, siendo sincero, no le dejará heridas, ya que una verdad se perdona cuando hay arrepentimiento; mientras que una mentira es más difícil de olvidar.
Etiquetas

Periodista de Vanguardia desde 1989. Egresado de la Universidad Autónoma de Bucaramanga y especialista en Gerencia de La Comunicación Organizacional de la Universidad Pontificia Bolivariana. Miembro del equipo de Área Metropolitana y encargado de la página Espiritualidad. Ganador del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar.
eardila@vanguardia.com