Una contracción del 73%, según Cotelco, es una cifra más que elocuente para describir el devastador impacto que el sector...
Transversal Oriental con paso normalizado, pero en riesgo
Desde hace algunas semanas, la Transversal Oriental permanece con sus dos calzadas habilitadas. La Alcaldía de Floridablanca adelantó trabajos con maquinaria amarilla para remover el material que, desde abril de 2020, obstaculizaba uno de los pasos, más exactamente a la altura del asentamiento Asomiflor.
Lo anterior, como se recordará, hace referencia a un deslizamiento que se originó, a unos 60 metros antes de la entrada al barrio García Echeverry, por las intensas precipitaciones que en ese momento arreciaban en el área metropolitana y que, a propósito, terminaron ocasionando el colapso de una decena de viviendas. Desde ese entonces, tal y como lo aseguran residentes de la zona, el terreno no dejó de ceder y carcomió los dos carriles de la vía Bucarica - El Carmen, así como el separador.
Las autoridades, mientras tomaban medidas a corto plazo, intentaron cerrar el paso para evitar una tragedia, pero los conductores decidieron tomar un contraflujo que terminó elevando el nivel de accidentalidad sobre este corredor que facilita la comunicación entre Bucaramanga y Floridablanca.
Marcela Toloza Cuta, jefe de la Oficina de Gestión Ambiental y Mitigación del Riesgo de Floridablanca, frente al tema comentó que “se contrató maquinaria para hacer manejo del talud y estabilizarlo un poco; asimismo, para retirar el material que estaba sobre la Transversal Oriental. Sin embargo, se avanza con un proyecto para presentarlo ante la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres, con el fin de poder obtener recursos para el financiamiento de obras de mitigación”.
Pero antes de que se cumpla este proceso, dijo, se presentará ante el Consejo Departamental de Gestión del Riesgo de Desastres para obtener su visto bueno.
“Estamos hablando de un proyecto de gran magnitud, así que buscamos que la Unidad nos pueda dar un aporte. Se contrataron unos estudios iniciales para poder revisar cuáles son estas obras que se pueden realizar allí por las condiciones del terreno”, subrayó la funcionaria.
Vanguardia, en visita a la zona, pudo establecer que si bien el tránsito está normalizado por estas labores recién efectuadas, el fenómeno de remoción en masa continúa; de hecho, habitantes de esta zona no descartan que nuevamente se origine una emergencia por las lluvias. La tierra sigue moviéndose.
“Muy bien por los trabajos que se realizaron porque se necesitaban, pero con el aguacero de esta madrugada (lunes) se puede ver que la tierra empezó a correr nuevamente. Aquí hay un riesgo latente que todavía no se ha atendido”, manifestó el conductor de una buseta cuyo recorrido diario es por esta carretera.
Lea también: Santander tiene 20 mil pruebas rápidas de COVID-19 para los migrantes y refugiados
Proyecto en trámite
El proyecto del que hace mención Toloza Cuta tendría un valor cercano a los $45 mil millones y consiste en obras sobre el talud y ladera al margen este de la Transversal Oriental, además de la zona donde se construyó Asomiflor.
De acuerdo con información suministrada, los estudios contratados por la Administración Municipal permitieron definir la amenaza y los diseños de esas obras de mitigación que se requieren. En ese sentido se sugirió para mitigar el riesgo por movimientos en masa y control de escorrentía y erosión superficial: concreto lanzado y anclajes activos para estabilizar el talud, con malla electrosoldada, a la cual se le vierte concreto para darle buen manejo al control de erosión.
Se propuso un manto permanente y revegetalización en la superficie del talud superior; así como perfilado de la ladera mediante terrazas, con una inclinación hacia adentro del talud de 2% para garantizar el escurrimiento de las aguas de escorrentía y recolectarlas mediante cunetas en concreto reforzado.
Por otra parte, se contemplaron cunetas en concreto reforzado para recolectar las aguas de escorrentía superficial y la proveniente de los drenes de penetración horizontal o las aguas que escurren de los taludes, para la conducción de estas a un lugar seguro, evitando grandes volúmenes de infiltración, disminuyendo el nivel freático; también, cunetas disipadoras en concreto reforzado en los lugares de alta pendiente y para el descole de las aguas hasta los drenajes encontrados.
No se descartaron las líneas de drenes de penetración horizontal que se ubicarían sobre los escarpes de las laderas, para abatir los niveles freáticos y mantener el terreno superficial semi seco, generando un aumento en las propiedades geotécnicas del suelo, disminuyendo la probabilidad de ocurrencia de superficies de falla en la ladera.