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Bucaramanga
Jueves 27 de junio de 2019 - 12:00 PM

Una historia con sabor a café en el centro de Bucaramanga

En Colombia desde el 2009 se celebra cada 27 de junio el día Nacional del Café. Nada mejor para celebrar esta fecha, que resaltar a las manos artesanas que todos los días preparan el tinto que consumen cientos de bumangueses. Esta es una historia con sabor a café.

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Aunque Delia no sabía que hoy se estaba celebrando el Día Nacional del Café, le ofreció una sonrisa a todos sus clientes que como de costumbre se deleitan con el café que preparan sus manos.
Aunque Delia no sabía que hoy se estaba celebrando el Día Nacional del Café, le ofreció una sonrisa a todos sus clientes que como de costumbre se deleitan con el café que preparan sus manos.

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Aunque Delia no sabía que hoy se estaba celebrando el Día Nacional del Café, le ofreció una sonrisa a todos sus clientes que como de costumbre se deleitan con el café que preparan sus manos.

Delia Uribe, es una de las vendedoras ambulantes del Centro de Bucaramanga que representa a esas personas que mantienen la tradición de preparar y vender el tinto de ‘cuncho’, que conserva el sabor del café colombiano que nos caracteriza.

De sus 78 años lleva 15 vendiendo tinto en el Parque García Rovira. Para ella, el secreto del café negro es saberlo colar y darle gusto con la panela para endulzarlo naturalmente. “Me gusta mucho el tinto, desde niña tomo café, ese sabor amargo que tiene le agrada uno”, expresa.

Delia es oriunda de la Mesa de Los Santos, trabajaba en los oficios del campo, pero al morir sus padres decidió venirse para Bucaramanga a vivir con dos hermanas, una de ellas, que ya llevaba tres años de vender tintos en el parque, le enseñó a prepararlo, cómo venderlo y dónde ofrecerlo.

“Desde entonces con mi hermana Clementina siempre salimos las dos. Ella se va por un lado del parque y yo por el otro”, cuenta Delia. Ambas se levantan a las 3:30 de la mañana y cada una prepara por aparte el tinto.

“Yo coloco el agua en la olla, le echo la panela, espero a que hierva, luego le echo el café, bajo la olla de la estufa, le echo más agua para mermar por si de pronto quedó muy cargado, dejo que se asiente, lo cuelo, lo escurro y lo echo a los termos”, añade Delia.

Dice que la preparación le toma una hora y media “porque hay que dejar que él café se asiente bien”, afirma Delia. Aproximadamente a las 5:00 de la mañana ya tiene todo listo en su carrito, en el que vende además, cigarrillos, dulces y bocadillos. Sale de su casa, ubicada en el barrio 12 de octubre, y en 20 minutos ya está en el Parque García Rovira.

Delia hace una ronda por la Alcaldía y el Palacio de Justicia, y su hermana Clementina por la Gobernación, para ofrecer el tinto recién hecho a los funcionarios y ciudadanos que van llegando, luego cada una se va a sus puestos.

Delia cuenta que por gusto y tradición es ‘tintera’, “me acostumbré porque desde niña salía a trabajar muy temprano con mis papás, ahora me tomo unos cinco tintos al día, de a poquito, en la madrugada para probar como quedó y luego aquí mientras estoy sentada y comparto una charla con algún cliente que se sienta a hablar conmigo”, dice.

A las 9:00 de la mañana tiene todos sus tres termos vacíos y se va a su casa a las 11:00 a.m. a descansar. “Antes iba todos los días al parque pero ahora que tengo mucho dolor en las piernas, vengo solo dos o tres días a la semana” comenta Delia.

Delia, que no tiene esposo ni hijos, dice que a falta de amor tiene su trabajo y a sus hermanas,

“Me siento bien sola, me la pasé toda mi vida pendiente de mis papás, trabajando con ellos. Se me pasaron los años y ya no pude conseguir marido, pero me ocupo trabajando y mis sobrinos son quienes me acompañan”, concluye Delia.

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Publicado por Angie Celis

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