Mauricio Villamizar Rangel, un administrador de empresas santandereano, quiere poner a todo Londres a hacer la siesta. A principio de año abrió Pop Rest, unas pequeñas cabinas para dormir un rato y relajarse en medio del caos de la capital europea.
Según varios estudios médicos y científicos, hechos alrededor del mundo, dormir la siesta tiene más de beneficioso que de perezoso. Actúa como un seguro cardiovascular, reduce la tensión arterial, facilita el aprendizaje y la resolución de problemas, aumenta la concentración, estimula la creatividad, mejora los reflejos, mejora el estado de ánimo y aumenta la productividad.
Mauricio Villamizar Rangel, oriundo de Málaga, no sabía todo esto, pero durante las horas que tenía libres entre clase y clase en la universidad nada deseaba más que un lugar para hacer una siesta y recargarse. Su casa quedaba muy lejos y a veces los sillones de las casas de sus amigos ya estaban ocupados por uno más rápido que él, así que muchas veces dormir un rato era imposible. En su cabeza daba vueltas la idea de un lugar que ofreciera una cama, silencio y tranquilidad a un precio cómodo pero inteligente.
Tuvieron que pasar varios años para que este profesional en Administración Dual de la Universidad Autónoma de Bucaramanga, con doble titulación de la Ecole Supérieure de Commerce de la Université de Montpellier, en Francia, desarrollara la idea. Y lo hizo a lo grande, nada menos que en el centro de Londres, donde la vida y el trabajo son tan agitados que nadie piensa en dormir. Junto a un socio francés, que conoció mientras hacía la práctica de su maestría en una incubadora de startups (empresas emergentes de carácter innovador) en la capital de Inglaterra, decidieron apostarle al sueño como oportunidad de negocio y crearon Pop & Rest, unas cabinas para dormir y relajarse durante algunos minutos o quizás horas en medio de la rapidez de la ciudad europea.
¿Cómo se materializa la idea?
La idea de las cabinas se materializó después de otras ideas que no tuvieron tanto éxito. Un día, en medio de una cerveza, mi socio y yo empezamos a hablar de ideas innovadoras. Él me propuso que desarrollaramos una aplicación donde la gente pudiera poner su sala o estudio a disposición de otras personas durante el momento del día que no la necesitara y así, a modo de alquiler, la gente podía ir allí a trabajar, a hacer reuniones, talleres y demás.
En Londres el espacio es un problema muy grande, casi todo está lleno y todo es muy caro, entonces esa podría ser una solución para la gente que necesitara un lugar tranquilo por un rato. Entonces, como yo sabía que él era del sur de Francia, donde también se acostumbra a hacer la siesta, como en Colombia, le hice una contrapropuesta y le dije que lo hiciéramos pero también enfocado a eso, a ofrecerle a la gente espacios para dormir un rato, más cerca a su trabajo.Así lo hicimos, trabajamos en la app donde la gente rentaba su espacio de 9 de la mañana a 5 de la tarde. Lo intentamos por 6 meses y empezamos a tener gente que quería rentar y empezamos a tener reservas, pero el modelo de negocio no era muy adecuado y en términos de rentabilidad no fue bueno.
¿Por qué?
Las comisiones para nosotros eran muy bajas y los números no cuadraban. El negocio estaba basado en el mismo modelo de Airbnb, la empresa que permite y ayuda a encontrar alquiler apartamentos y casas en todo el mundo por noches o días, pero en nuestro caso era por horas o menos y no era rentable.
Entonces pensaron en las cabinas…
Sí, decidimos enfocarnos solo en la siesta, así que empezamos a trabajar primero con empresas, haciendo talleres y educando sobre la importancia de la siesta, del descanso y de parar por unos minutos al día. Le dimos un vuelco al negocio y lo aterrizamos a espacios para meditar, dormir y descansar. Abrimos un primer negocio, como un pop-up, un término que se utiliza allá para hacer referencia a tiendas o negocios efímeros, temporales. Lo abrimos en todo el centro financiero de Londres, donde están los bancos, aseguradoras y empresas de tecnología.
Tuvimos que convencer a mucha gente para que nos dieran un buen precio, para que aceptaran la idea, porque es una costumbre muy mediterránea que allá nadie había pensado como oportunidad de negocio. Precisamente quisimos hacerlo ahí para cambiar un poco la cultura y para nuestra sorpresa, pues pensamos que iría mucho francés, español y latino, que son los que acostumbran a hacer siestas, llegaron puros ingleses y el boca a boca hizo que fuera mucha gente.
Eso duró tres meses. En enero de este año nos dimos cuenta que había que reestructurar la idea, hacerla más adecuada, más grande y decidimos abrir un sitio permanente, cerca de ahí, pero en el lugar donde están todas las startsups, el centro de innovación de Londres. Ya habíamos hecho un nombre, así que sin publicidad empezó a llegar gente desde los primeros días.
¿Qué le ofrece Pop & Rest a los clientes?
Tenemos cuatro cabinas, cada cabina es una habitación pequeña con cama sencilla, una mesa, una lámpara, accesorios como máscaras para cubrir los ojos y otras que bloquean el sonido. Además cada habitación tiene su olor particular y luces que ayudan a relajarse más fácil y más rápido. La decoración está inspirada en un bosque tropical y en la cultura japonesa, asiática, porque, bueno, ellos sí que saben meditar y relajarse.
¿Cuántas personas en promedio van a hacer la siesta cada día?
Entre 6 y siete personas al día. Las horas más ocupadas son entre las 11 de la mañana y las 2:30 de la tarde y entre las 4:30 y 6:30 de la tarde. Cada semana viene más gente y esperamos seguir creciendo y enseñándole a la gente la importancia del descanso.
Londres es una de los mayores centros de negocios del mundo y por eso mismo la gente no para, ¿cómo hacer que duerman la siesta?
Es cierto, el ritmo de vida en Londres es supremamente rápido, la gente almuerza en el escritorio para no perder un minuto y nunca se detiene. Por eso, sumado al servicio que ofrecemos, estamos educando y mostrándole a la gente los beneficios de la siesta, de dormir, del descanso, de la pausa. Es un tema educativo también. Acá se está hablando últimamente del sueño, de su importancia y por eso es un buen momento para nosotros. La gente se está dando cuenta que no se trata de trabajar 12 horas seguidas sin descanso y que es necesario un buen ‘break’ para ser más productivo.
Nos ayuda también que hoy en día hay muchos líderes emprendedores y exitosos que están hablando sobre el tema. Por ejemplo. Jeff Bezos, dueño de Amazon, dijo hace poco en una entrevista que si él durmiera menos y no tomara descansos, podría tomar más decisiones, pero no serían las mejores.
¿Cómo fue el tema de la inversión en un momento como el que vive la Unión Europea?
Para nosotros fueron dos puntos de inflexión. Uno antes del brexit y otro despúes del brexit. Antes había mucha inversión para startups, mucho talento, muchas empresas viniendo para acá. En ese momento el gobierno tenía muchos programas y opciones de financiación para ideas innovadoras. Nosotros empezamos con un préstamo del gobierno para la app, pero después del brexit, cuando ya estábamos planeando el proyecto de las cabinas, toda esa ayuda se cayó un poco, se frenó porque en gran parte esos programas que impulsaban las microempresas y las innovaciones eran financiados por la Unión Europea. Entonces empezó una incertidumbre que todavía está, porque no se sabe qué va a pasar. Muchos negocios se fueron para París o para Berlín. Nosotros seguimos adelante, gracias a algunos ahorros, un colchón que teníamos, y gracias a la ayuda de amigos y familiares que ayudaron a que el proyecto pudiera salir adelante.
¿Piensan expandirse?
Sí, claro, la idea es abrir más puntos en Londres, seguir en París, luego América. Queremos llegar a Bogotá, a Nueva York y ciudades que sean muy grandes para continuar con el tema educativo también. Para mitad del próximo año pensamos empezar a expandirnos.
