Un conductor de una camioneta de alta gama, aparentemente ebrio, evadió un puesto de control, chocó con varios autos, fue perseguido por las autoridades, logró ser interceptado y deberá pagar más de 50 millones de multa.
El caos que provocó un conductor de una camioneta Lexus blanca, avaluada en más de $600 millones, por varias calles de Bucaramanga arrancó sobre las 2:30 de la madrugada de este sábado.
En cercanías del parque San Pío, sobre la carrera 36, la Dirección de Tránsito de Bucaramanga instaló un puesto de control de alcoholemia para verificar que quienes salen de discotecas y bares de Cabecera no conduzcan alicorados.
Ante la señal de pare que le hizo un alférez al conductor de la camioneta Lexus, este la ignoró. Según el Director de Tránsito de Bucaramanga, Carlos Bueno, el hombre aceleró y se dio a la fuga por la calle 46, la cual tomó en contravía para evadirse por la carrera 35 A, hacia el sur.
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En su recorrido, el conductor chocó contra la parte trasera de un taxi. La colisión ocurrió en la carrera 35 A entre calles 50 y 51, frente al centro comercial Cinemas Cabecera. Sin embargo, el hombre era seguido de cerca por agentes de tránsito y uniformados de Policía.
Al verse encerrado y rodeado por el Director de tránsito y varios de sus agentes, el hombre dio reversa y aceleró para abrirse paso por la cicloinfraestructura y los andenes del sector. Allí fue cuando por poco son arrollados el funcionario y sus hombres.
Tras darse a la fuga por varias vías de Cabecera y en su intento por evadir la persecución de las autoridades, el hombre continuó su camino, a toda velocidad, por los barrios Terrazas y La Floresta. La camioneta tomó la carretera antigua y cerca de la zona de los moteles estrelló a una mujer que se movilizaba en otro automotor. La parte delantera del auto de la mujer quedó destrozada.
No obstante, el osado conductor siguió su camino y trató de esconderse en una de las habías de una estación de servicio del sector de La Pedregosa. Hasta allí le llegaron Policía y Tránsito.
Según la narración del director de Tránsito, el hombre se bajó iracundo de su vehículo y arremetió con insultos contra sus persecutores. “Se le intentó practicar la prueba de alcoholemia pero se mostró renuente, por lo que se le aplicó la máxima sanción”, explicó Bueno Cadena.
El hombre deberá pagar cerca de $55 millones de multa por haberse fugado y evadir el control de las autoridades. Además, la licencia le será suspendida por 10 años y tendrá que asumir el costo de patios y grúa porque el vehículo fue inmovilizado.
El conductor también será denunciado por intento de homicidio.
