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Bucaramanga
Martes 07 de diciembre de 2021 - 12:00 PM

Video: Nuestra memoria: Tradiciones bumanguesas en el día de Las Velitas

Llegó la Navidad, época para compartir y celebrar en familia. Tiempo para revivir tradiciones y costumbres decembrinas, que se convierten en un legado familiar, sin fecha de caducidad.

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Para muchos, diciembre es el mes más esperado, y cómo no, si es una época para reencontrarse con los seres queridos y ser partícipes de cada una de las festividades que se conmemoran.

Esta tradición se inicia el 8 de diciembre de 1854, cuando el papa Pío IX proclama la carta apostólica llamada ‘Ineffabilis Deus’, nombre en Latín que significa ‘Inefable Dios, en la que declara el dogma de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María. Relata la historia que el día en que se anunció tal decisión, creyentes católicos en varias partes del mundo encendieron velas para celebrar este acontecimiento y, desde entonces, se ha mantenido esta tradición de iluminar la noche anterior.

En Bucaramanga Mayerly Carvajal, residente en el barrio La Aurora, a sus 32 años, recuerda las noches de las velitas que celebraba de niña. “Esperaba hasta que fuera de noche y mi mamá llegara de trabajar, para poder compartir en familia. Jugábamos y se encendían las velitas”. En la actualidad, Mayerly se encarga de explicarle a su hija de 8 años el significado que tiene este día. “Trato de compartir completamente con ella. Preparamos una cena familiar para reunirnos todos en la mesa”.

En la familia de Gloria Rojas la fiesta era diferente. En el barrio Antonia Santos, sector donde creció, la noche del 7 de diciembre se vivía diferente a como se disfruta ahora. Recuerda que, cuando tenía poca edad, los vecinos se reunían en la calle para compartir una cena, había música, baile, pólvora y todos salían a prender las velas.

“Nosotros esperábamos que llegaran unos familiares de Venezuela. A la media noche, prendíamos la Navidad. Hacíamos la cena en comunidad, con todos los de la cuadra. Compartíamos hasta que se acabaran las velas”. De ‘agüeros’ recuerda muy pocos, pero en su mente siempre está encender una velita por cada uno de sus allegados. Además, agrega, no le gusta que el fuego se apague, pues considera que es de mala suerte, así que siempre se encarga de vigilar, constantemente, que la luz no cese hasta que la cera se consuma por completo.

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Publicado por Redacción Vanguardia

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