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22 balazos y un error mortal: confundieron el carro y mataron a un inocente
Max Roger Vélez Garcés tenía 42 años, esposa, dos hijos y pertenecía a una familia dedicada hace más de 30 años al negocio de las flores en la Costa Caribe, principalmente en Cartagena y Barranquilla.
Su vida dio un giro inesperado al ser diagnosticado con Mal de Parkinson, un trastorno del sistema nervioso central que afecta el movimiento y suele ocasionar temblores.
Para no sentirse inactivo mientras se sometía a un tratamiento médico, Max le seguía colaborando a sus tres hermanos en la floristería que tienen en la Avenida Pedro de Heredia, sector de Los Cuatro Vientos (Cartagena), realizando diligencias en un auto Suzuki Swift automático para que pudiera conducir sin ningún tipo de inconvenientes.
En una de esas diligencias estaba precisamente aquella tarde del sábado 22 de enero de 2022 cuando el vehículo de Vélez Garcés, de color rojo y placas EGR-327, fue impactado indiscriminadamente con 22 balazos.
El ataque ocurrió a la 1 p. m. en la Avenida Pedro Romero, frente a la Institución Educativa Playas de Acapulco, en el barrio El Líbano, y fue perpetrado por cuatro sicarios que utilizaron pistolas 9 milímetros y una Mini Uzi.
La Policía Metropolitana no tardó en concluir en sus investigaciones que el vil asesinato de aquel comerciante fue producto de una terrible equivocación.
Para los familiares de Max nunca hubo duda de ello y califican ese hecho como uno de los “sicariatos más fuertes que hubo el año pasado en Cartagena” en medio de esa guerra desenfrenada entre dos estructuras del Clan del Golfo que dejó 223 víctimas mortales a lo largo del 2022.
El viernes 21 de enero de 2021, a las 8:30 de la noche, dos hombres en moto llegaron a una vivienda en la calle Salim Bechara, de El Líbano. En la terraza estaban sentados Junior Omar Medina Mármol y su madre Luz Dary Mármol Ávila.
Madre e hijo conversaban cuando uno de los sujetos se les acercó y le disparó a quemarropa y sin mediar palabras a Junior. La mujer, de 45 años y oriunda de Montería, murió en el acto tratando de proteger a su hijo. Medina, de 24 años, quedó gravemente herido y falleció tres días después.
Las investigaciones indican que en ese doble homicidio también habría participado un auto rojo que fue visto merodeando la zona. Tal parece que uno de sus ocupantes fue el encargado de entregar el arma al sicario que luego disparó contra madre e hijo. Así quedó registrado en una cámara de seguridad.
Ese sábado 22 de enero, uno de sus hermanos le dijo a Max Vélez que fuera en el auto Suzuki al Aeropuerto Rafael Núñez a recoger una mercancía de flores. De regreso, Max tomó la Vía Perimetral y empalmó con la Pedro Romero para llegar a la floristería en Los Cuatro Vientos.

Pasaba por el colegio Playas de Acapulco cuando el carro de Max fue rodeado por cuatro sicarios en dos motos que le dispararon sin contemplación. William Vélez dice que su hermano intentó protegerse moviéndose hacia el puesto del copiloto y por eso recibió los tres balazos en la espalda.
En las ventanas laterales y el vidrio panorámico delantero quedaron los orificios de aquel desalmado ataque. Los 22 casquillos en la escena del crimen demuestran la sevicia de los asesinos.
Esa misma tarde quedó comprobada la terrible confusión. En los videos grabados por curiosos se escucha cuando muchos comienzan a decir que la víctima era Max, uno de los dueños de la floristería que está en ese sector y vecino de ellos por muchos años.
A Vélez Garcés lo sacaron con vida de su vehículo, pero tres horas después falleció mientras lo preparaban para una cirugía.