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Colombia
Domingo 13 de julio de 2014 - 12:00 PM

Además de medidas legales debe haber medidas pedagógicas

Pasaron 16 años para que la Selección Colombia regresara a un Mundial de Fútbol con lo que los aficionados pensaron en volver a sentir emociones lejanas despertadas por partidos míticos como el 5 a 0 contra Argentina en 1993

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“Además de medidas legales, debe haber medidas pedagógicas” (Foto: Colprensa / VANGUARDIA LIBERAL)
“Además de medidas legales, debe haber medidas pedagógicas” (Foto: Colprensa / VANGUARDIA LIBERAL)

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“Además de medidas legales, debe haber medidas pedagógicas” (Foto: Colprensa / VANGUARDIA LIBERAL)

Superando todas esas expectativas, la Selección que comanda José Pékerman despertó un sentimiento de Patria sin antecedentes, con personas de todas las edades y condiciones luciendo orgullosas los emblemas de la Nación. Sin embargo, la fiesta resultó empañada por la peligrosa forma de celebrar de algunos colombianos, cuyas agresiones llevaron a que alcaldías de diferentes departamentos adoptaran medidas especiales de control, como Ley Seca, restricción de movilización en motos y prohibición de porte de armas, exhibición pública de los partidos o uso de camisetas alusivas a equipos del fútbol local.

En medio de esas privaciones empezamos a preguntarnos ¿por qué no sabemos celebrar? Colprensa se lo consultó a Fabián Sanabria, decano de sociología de la Universidad Nacional y uno de los mejores conocedores del comportamiento de los colombianos.

- ¿Era necesario tomar este tipo de medidas durante la celebración de los triunfos de Colombia en el Mundial de Fútbol?

La toma de medidas especiales se debe a que hubo muertos en el momento en que estábamos empezando el torneo. Evidentemente, cuando hay muertos, los alcaldes deben tomar las medidas necesarias para que eso no vuelva a ocurrir: medidas pedagógicas, medidas de contención, medidas de seguridad, entre otras. La gran pregunta que se hacía era: ¿En qué medida estábamos celebrando y en qué medida nos pasaba lo del nuevo rico, que se gana el Baloto y empieza a tirar la casa por la ventana? Era la primera vez que se tenía esa capacidad de adquisición y por esto nos comportamos de esa forma.

- Pero muchos analistas manifiestan que no se puede estigmatizar el comportamiento de los colombianos en el Mundial, pues dicen que todos los días hay muertos y todos los días hay riñas. ¿Qué opina usted de eso?

Claro. Sin embargo las riñas se vieron incrementadas por la celebración, pues algunos ciudadanos obligaban a otros a que celebraran de una forma en la que no querían y eso desencadenaba tropeles y comportamientos bochornosos, que podían conducir a actos más infortunados. Claramente lo que la Policía evidenció es que estos actos fueron fruto de algo reciente que había ocurrido; infortunadamente, era que Colombia había ganado un partido.

- ¿Este tipo de medidas se deben seguir tomando para próximos eventos que impliquen celebración colectiva?

Depende de cómo se comporte la ciudadanía. Ha habido eventos en los que, por ejemplo, barras bravas han ocasionado hechos bochornosos y en los que varios jóvenes han perdido la vida. Evidentemente se pueden plantear para otros hechos u otros torneos.

- Otras personas dicen que el comportamiento durante el Mundial se debió a la tradición violenta de toda nuestra historia. ¿Cree usted que eso es cierto?

Ese tipo de cosas influyen, porque en Colombia hay situaciones estructurales por las que, por ejemplo, no sabemos celebrar de una manera serena o tranquila. Por otro lado está el hecho de no saber aceptar la derrota. Todos esos son problemas que tiene la sociedad. Hay que aclarar que no solo le ocurre a la sociedad colombiana, también en otros escenarios, pero hasta donde sé, no se registra una cantidad de muertos porque Brasil salió del Mundial. Esa es una circunstancia que se tendría que evaluarse en el caso de Colombia, porque infortunadamente no estábamos acostumbrados a llegar tan lejos en el fútbol. Hubo un llamado de los medios de comunicación para que la gente empezara a saber celebrar y ya para los Octavos la cosa bajó un poco, aunque se siguieron presentando riñas, incluso cuando Colombia perdió.

- La Ley Seca es una de las primeras medidas que se toma en esas circunstancias, pues el alcohol es el principal detonante de riñas. ¿Los colombianos no sabemos medirnos a la hora de beber?

Es evidente que cuando se toman estas medidas es porque la gente no sabe vivir una fiesta en paz y mucho menos sabe beber. Hay que tener en cuenta que muchas veces así se prohíba el consumo de alcohol, hay gente que lo vende de manera clandestina. Son cosas que ocurren porque la gente no sabe beber.

- ¿En algún momento esas medidas se pueden ir al otro extremo, causando más daños, como por ejemplo disparar la venta de licor adulterado o de licor bueno, pero por medios ilícitos? Así lo dijeron, incluso, dirigentes sectoriales, como el presidente de Asobares…

Me muero de la pena con el presidente de Asobares. Él está defendiendo sus intereses, pero, ni más faltaba, cualquier burgomaestre deberá volverlo a hacer. Que se venda licor clandestino no quiere decir que sea por una prohibición de un alcalde. Al mismo tiempo que se toma esa medida, hay que tomar otras más fuertes contra los que violan la ley y deben ir a la cárcel.

- ¿Qué cree usted que se puede hacer para no tener que acudir a este tipo de medidas coercitivas en eventos futuros?

El problema en Colombia, básicamente en las ciudades, pero también en los municipios pequeños, es que estamos acostumbrados a actuar bien por temor al castigo o porque me dan un premio y así estamos llevados. Actuar bien por temor al castigo es un comportamiento infantil. Uno actúa bien pues no tiene porqué agredir a los otros y porque su libertad termina en donde empieza la del otro. En la cultura de Colombia hay un problema entre el deber ser, lo que se dice que se hace y lo que en realidad se hace: el deber ser es la ley, lo que uno dice que hace es la moral y lo que en realidad se practica es cultura. Hay un abismo entre esas tres cosas.

- Pareciera que la conclusión es que estas medidas siempre deberán tomarse, porque los colombianos no sabemos celebrar…

En la medida en que haya indicadores que muestren que no hay una buena celebración, pues habrá que seguirlas tomando. Pero además de las medidas legales, se deben tomar medidas pedagógicas, evidentemente es un aprendizaje que hay que construir; se debe sacar el mejor saldo pedagógico a las recepciones que se le hicieron al equipo y creo que hay que aprender mucho de la serenidad del técnico Pékerman. También creo que los muchachos de la Selección se desempeñaron muy bien y que en la autoestima y en las ganas de construir un nuevo país, el fútbol también influye y en eso hay un balance muy positivo. Casi que Pékerman ha logrado lo que muchos políticos no: unir a un país en torno a una bandera y a una camiseta y eso es realmente bueno. Yo le vería el lado positivo, para que a futuro la gente no se mate y las medidas no se tengan que tomar.

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Publicado por COLPRENSA

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