Colombia
Amenazas de disidencias de las Farc e intentos de reclutamiento, lo que hay detrás del rescate de los niños indígenas
¿Por qué Magdalena Mucutuy, madre de los menores; Lesly, Soleiny, Tien y Cristin viajaban desde la Araracuara hasta San José del Guaviare, el pasado 1 de mayo, día del accidente aéreo?
¿Por qué Manuel Ranoque, papá de los cuatro niños indígenas rescatados en la selva amazónica, vivía en otro lugar al de su familia Mucutuy?
Las razones las dio ayer a medios nacionales cuando le preguntaron sobre el estado de salud de sus hijos.
Ese 1 de mayo Magdalena y los menores abordaron esa avioneta para encontrarse con Manuel, quien es el padre biológico de dos de los pequeños, quien había huido de la Araraucara, donde vivía toda la familia.

¿Por qué? Manuel había sido amenazado de muerte por uno de los grupos guerrilleros que hay en esa zona selvática y se refugió en otro lugar. Ayer reveló que se trata del frente Carolina Ramírez, de las disidencias de las Farc.
Su desaparición fue un misterio en la zona que no se evaporó hasta que llamó semanas después a su casa y les pidió a todos que fueran a su encuentro. Ellos pertenecen a la etnia huitoto.
Un hombre amenazado
“El frente Carolina Ramírez me está buscando para matarme, tengo amenazas”. Así fueron sus revelaciones. Y aseguró que para las disidencias de las Farc “soy un objetivo”.
Los niños y su madre que murió en el accidente, salieron de Araracuara para volver a estar en familia porque Manuel salió desplazado dos meses atrás por amenazas de estas disidencias.
La familia vivía en el resguardo indígena Puerto Zábalo, en Caquetá, pero muy cerca de Amazonas, y como casi toda la Amazonía está bajo amenaza de los actores armados, hay disidencias de todos los tipos y la población indígena está en medio del conflicto.

“Yo soy para ellos más que un objetivo, porque conozco bien la zona por donde triangulan ellos”.
Sus amenazas también se dan porque Manuel ha denunciado las prácticas ilegales de las disidencias de las Farc en el Guaviare y zonas aledañas. “Así como lo he dicho está sucediendo. Iban a empezar a matar inocentes y ya lo están haciendo, están carnetizando a la gente, y hay mucha gente a favor de ellos”, afirmó Manuel, quien estuvo acompañado de más de 100 personas entre militares especializados en búsqueda y rescate, buscando a los niños en lo profundo de la selva.
“Por hacer esas denuncias es que me están amenazando. Nunca estaré de acuerdo con las Farc porque son unas personas que van ingresando niñitos de 14 años, niñitas de 13 años. Eso es una injusticia”.

Manuel reveló a medios nacional que las disidencias de las Farc querían reclutar a sus hijos. “Esto estaban pensando. Me opuse y me amenazaron. Los querían reclutar en los momentos en que yo salía a hacer las gestiones”.
¿Cuáles gestiones? Le preguntaron y el respondió: “Estuve en Bogotá a finales de marzo”.
Lo que se sabe es que hay noticias sobre comunidades confinadas en sus casas sin poder salir a cazar o pescar, prohibición de paso por los ríos, obligación de talar, amenazas, asesinatos, desplazamientos. Todo tipo de violencias que mantienen a los pueblos indígenas en inminente alerta.
La Defensoría del Pueblo ha emitido al menos 7 alertas tempranas para esta región durante 2023 por el riesgo que vive la población.
Afirmó también que las amenazas que ha denunciado las hace el dueño de la empresa del avión en el que ocurrió el accidente, Fredy Ladino. También, comentó que este sujeto le ha dicho que los compañeros de las Farc lo están buscando y que van a mandar gente a matarlo.
“Porque ellos lo único que quieren es el interés económico y mientras uno no se acoja, es un enemigo”, asevera Manuel.
El reencuentro que no se dio
Su esposa, Magdalena Mucutuy, y sus cuatro hijos subieron a la avioneta Cessna 206, matrícula HK 2803, pilotada por un hombre que antes había sido taxista, Hernán Murcia, con el propósito de reencontrarse, y así darle a su familia una nueva vida.
El vuelo salió de Araracuara y debía aterrizar en San José del Guaviare. El accidente se produjo a mitad del camino, en una zona en la que se cree que todavía hay pueblos no contactados. El lugar más cercano al accidente era Cachiporro, una comunidad sobre el río.
El pueblo cuenta con una pequeña escuela y una pista aérea para avionetas pequeñas. La comunicación es principalmente radiofónica, mediante aparatos conectados a paneles solares. Sus habitantes se involucraron de lleno en la búsqueda, dando todo un ejemplo de solidaridad.

La cooperación indígena fue fundamental a la hora de encontrar a los niños.
Lesly, de 13 años, es la mayor de los cuatro hermanos que llevaban 40 días deambulando por las selvas del Guaviare, desde el 1 de mayo. Sobrevivió con sus hermanos (y medio hermanos) Soleiny Mucutuy, de nueve; Tien Noriel Ronoque Mucutuy, de cinco años, y Cristin Neruman Ranoque, una bebé que cumplió el año en la selva.
El reencuentro quedó pendiente, así lo expresó Manuel a medios de comunicación. Y agregó: “La niña me aclara que la mamá estuvo cuatro días viva. Antes de morir, la mamá les dice, tal vez, váyanse”, dijo a medios de comunicación Ranoque.
En su testimonio, afirmó que luego de la despedida de la madre, la niña recordó estas palabras: “Ustedes van a mirar quién es su papá y saber qué es el amor de papá como se lo demostré a ustedes trayendo a mis ojos”.

El padre de los hermanitos
Este viernes, 9 de junio, cuando el día iba terminando y la noche se acercaba, Colombia se sorprendió con la noticia del hallazgo de los niños que pasaron 40 días y 40 noches en la selva del Guaviare y, tras una ardua búsqueda del Ejército Nacional, acompañados de indígenas, lograron encontrarlos vivos.
De inmediato en redes sociales se leyeron mensajes como: “El sufrimiento de Lesly, Soleiny, Tien y Cristin, y el milagro de sus vidas nos han estremecido a todos y nos han enseñado el mejor ejemplo de unión y resiliencia”.
Los pequeños fueron trasladados al Hospital Militar de la ciudad de Bogotá. Los menores, junto con su padre, llegaron en la media noche de este sábado 10 de junio, para ser atendidos en el centro hospitalario.
El padre de los niños, Manuel Ranoque, quién al enterarse de que iniciaría la búsqueda de los pequeños no dudó en unirse al equipo de que entraría en la selva.

Nunca perdió la fe y batalló contra condiciones adversas al adentrarse a la selva para apoyar a las Fuerzas Militares en todo el proceso de búsqueda de sus hijos. Es por ello que bajo esas condiciones tuvo afectaciones a su salud.
Manuel Ranoque, tuvo que vivir el duelo de perder a su esposa, quien apareció sin vida en las inmediaciones de la avioneta accidentada en la que también estaban los niños que fueron encontrados con vida.
Mientras buscaba a sus pequeños, todos los días rezaba oraciones, le pidió perdón a Dios por sus pecados y, como retribución a la lealtad, le clamó por un milagro para encontrarlos con vida.
Sin duda esta noticia ha sido un bálsamo para Colombia y una linda noticia, pero no hay que olvidar por qué estaban ellos en ese avión. Manuel estaba amenazado por las disidencias de las Farc y los niños estaban en peligro de ser reclutados por estos grupos guerilleros.
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Periodista económico en Vanguardia. Magíster en Estudios Políticos, de la Universidad de Caldas. Comunicador Social – Periodista, egresado de la Universidad Pontificia Bolivariana. De La Guajira.
malguero@vanguardia.com