La desnutrición en las zonas apartadas y rurales de Colombia durante años ha sido alarmarte. En lo que va del 2021 se han reportado 8.500 casos de desnutrición infantil aguda y 133 muertes por esta dificultad. Además, son en su mayoría niños indígenas quienes más sufren de este abandono propiciado por la pobreza extrema.
Precisamente lo que más preocupa es que el 19,8 % de las estadísticas generales de desnutrición infantil lo ocupan niños menores de 5 años pertenecientes a comunidades indígenas.
Para atender esta problemática, la fundación Manos Pintadas de Azul ha organizado brigadas con más de 50 médicos especialistas que llegan a la Amazonía colombiana, para evaluar a más de 1.000 personas y entre ellas se han hallado graves niveles de desnutrición en menores de edad.
Esta y otras zonas en territorios alejados son un punto vulnerable, ya que factores como el poco acceso a la educación, a la salud y al trabajo propician la pobreza extrema y, como resultado, la desnutrición infantil. Cabe destacar que en la región Orinoquía-Amazonía el 42,8 % de la población vive en pobreza multidimensional, según el DANE.
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Lina Albarracín, directora de la Fundación Manos Pintadas de Azul, expresó que el objetivo de estas brigadas es ayudar y brindarles a los más vulnerables la posibilidad de acceder a médicos especialistas y voluntarios que puedan tratar las enfermedades preexistentes que adquirieron por la precarias condiciones en las que viven.
“La desnutrición además tiene un gran impacto en nuestra economía, donde el rendimiento educativo y productividad dependen del potencial que tenga un individuo. Por lo tanto, factores como el crecimiento físico adecuado y el desarrollo del cerebro humano depende en parte de una buena nutrición”, afirmó Albarracín.
